Épico triunfo de La Sinfónica ante Pochoclo por 6 a 4, donde pasó de ganarlo 3 a 0 a perderlo 4 a 3 sobre la hora, para darlo vuelta increíblemente 6 a 4 en tiempo de descuento. Diez goles, emoción, sufrimiento, expulsados, roces y mucha garganta colorada, los condimentos de un partido que seguramente quedará para la historia.

Fue un partido emotivo por donde se lo mire. Incluso se lo festejó más que los anteriores. Pero hay que sincerarse y reconocer que no se jugó bien. Que La Sinfónica no fue el mismo equipo de los partidos anteriores que goleaba y gustaba. Esta vez volvió a marcar muchos...
goles pero lejos estuvo de gustar. Con la vuelta de su técnico Adolfo tras la larga suspensión que lo mantenía alejado de las canchas, La Sinfónica pudo regalarle 3 puntos pero no una buena actuación. El partido parecía un trámite para los de celeste, después de que a los 20' del primer tiempo, ya ganaba 3 a 0 con los goles de Canteli, La Furia Fernández y de March, este último de tiro libre. Sobre el final de la primera parte, llegó el descuento para los de colorado y 3 a 1. No fue un buen primer tiempo, pero el resultado mostraba cierta tranquilidad para encarar el segundo. Justamente tranquilidad y temple para manejar el partido fue lo que le faltó a nuestro equipo en la segunda mitad, donde se vió un equipo totalmente descontrolado, nervioso y desordenado, que fueron los ingredientes perfectos para que el empate de Pochoclo no tardase en llegar. Promediaba el segundo tiempo y a La Sinfónica le empataban el partido en un increíble 3 a 3, tras una pelota perdida por Facu March en mitad de cancha. El equipo era a esta altura un manojo de nervios. Algún que otro cruce entre March-Casal, March-Vaccaro y Alvarez Pizzo-Canteli, desatenciones en el fondo y una Furia que no podía poner la pelota bajo la suela, eran los reflejos de un equipo perdido. Mientras, un nervioso Willy jugaba un partido aparte con el delantero rival, olvidándose del partido que realmente importaba. Rozando la expulsión, fue reemplazado por Vaccaro. El único que mantuvo la compostura y la tranquilidad durante esta etapa fue paradójicamente el juvenil Ignacio Alonso, quien tenía la gran chance de mostrarse ante el reaparecido Adolfo. Y realmente que la aprovechó, poníendo cuando había que poner, distribuyendo la pelota, intentando armar juego en el medio, y por sobretodo bajándole deciveles a sus nerviosos compañeros. Arriba, un solitario Canteli desaprovechaba todas las jugadas que él mismo se generaba. Pero a esta película le faltaban las mejores escenas, combinando todos los géneros cinematográficos posibles: Suspenso: con el partido empatado en tres, el rival se quedaba con uno menos por una animal plancha a Fede Canteli, propia del nerviosismo que imperaba en el match. Terror: a 5' del final, un error en el fondo celeste tras un lateral, la pelota que queda boyando en el área y adentro. Si, La Sinfónica perdía 3 a 4, y con un hombre de más, un partido que lo ganaba 3 a 0. Drama: las caras de los jugadores de La Sinfónica tras el gol fueron las propias de una escena dramática. Con la moral por el piso, fueron en busca de la (¿imposible?) remontada. Género Épico: con trajes de héroes, se emprendió una levantada histórica en tiempo de descuento. El reloj ya pisaba los 35' reglamentarios y recién habían pasado sólo sesenta segundos del cuarto gol de Pochoclo, cuando apareció una hasta ahora apagada Furia Fernández para clavar un derechazo y marcar un 4 a 4 redentor y evitar así la tragedia. Género Fantástico: Treinta y seis minutos. Fede Canteli y la pelota en sus pies. Tenía el quinto y heroico gol en su pierna derecha pero increíblemente define mal y la pelota queda atrapada en los guantes del arquero rival. De no creer. Ciencia Ficción: los dos minutos finales de adición. Cuando el empate parecía clavado y todos miraban al árbitro esperando que éste señale el final, llegó el momento cumbre del film. Último contraataque (o el que parecía el último) comandado por Fede Canteli nuevamente que iba por la revancha, centro atrás, un despeje, Vaccaro mete la pelota de vuelta en el área rival, otro rebote y emerge la figura del que se vistió de héroe de sábado por la tarde: Ignacio Alonso clavando un derechazo inatajable de media de vuelta para el 5 a 4, impensado a esa altura, pero merecido desde hacía rato. Género Romántico: abrazos y más abrazos entre jugadores y cuerpo técnico de La Sinfónica en el eterno grito de gol. Deshaogo total. Seguramente el gol de Beto serán de esos que se recordarán por mucho tiempo, no por su espectacularidad sino por el valor del gol y porque fue el fruto de un esfuerzo enorme de un equipo que quiere cosas grandes. Última escena. Contraataque de La Sinfónica. Derechazo inatajable de Tomy Perez Bacchi y a cobrar. Seis a cuatro por si quedaba alguna duda y el partido sentenciado. FIN. Se bajaba el telón de una gran película que por suerte para los nuestros, terminó con final feliz pero que por poco no lo fue.
goles pero lejos estuvo de gustar. Con la vuelta de su técnico Adolfo tras la larga suspensión que lo mantenía alejado de las canchas, La Sinfónica pudo regalarle 3 puntos pero no una buena actuación. El partido parecía un trámite para los de celeste, después de que a los 20' del primer tiempo, ya ganaba 3 a 0 con los goles de Canteli, La Furia Fernández y de March, este último de tiro libre. Sobre el final de la primera parte, llegó el descuento para los de colorado y 3 a 1. No fue un buen primer tiempo, pero el resultado mostraba cierta tranquilidad para encarar el segundo. Justamente tranquilidad y temple para manejar el partido fue lo que le faltó a nuestro equipo en la segunda mitad, donde se vió un equipo totalmente descontrolado, nervioso y desordenado, que fueron los ingredientes perfectos para que el empate de Pochoclo no tardase en llegar. Promediaba el segundo tiempo y a La Sinfónica le empataban el partido en un increíble 3 a 3, tras una pelota perdida por Facu March en mitad de cancha. El equipo era a esta altura un manojo de nervios. Algún que otro cruce entre March-Casal, March-Vaccaro y Alvarez Pizzo-Canteli, desatenciones en el fondo y una Furia que no podía poner la pelota bajo la suela, eran los reflejos de un equipo perdido. Mientras, un nervioso Willy jugaba un partido aparte con el delantero rival, olvidándose del partido que realmente importaba. Rozando la expulsión, fue reemplazado por Vaccaro. El único que mantuvo la compostura y la tranquilidad durante esta etapa fue paradójicamente el juvenil Ignacio Alonso, quien tenía la gran chance de mostrarse ante el reaparecido Adolfo. Y realmente que la aprovechó, poníendo cuando había que poner, distribuyendo la pelota, intentando armar juego en el medio, y por sobretodo bajándole deciveles a sus nerviosos compañeros. Arriba, un solitario Canteli desaprovechaba todas las jugadas que él mismo se generaba. Pero a esta película le faltaban las mejores escenas, combinando todos los géneros cinematográficos posibles: Suspenso: con el partido empatado en tres, el rival se quedaba con uno menos por una animal plancha a Fede Canteli, propia del nerviosismo que imperaba en el match. Terror: a 5' del final, un error en el fondo celeste tras un lateral, la pelota que queda boyando en el área y adentro. Si, La Sinfónica perdía 3 a 4, y con un hombre de más, un partido que lo ganaba 3 a 0. Drama: las caras de los jugadores de La Sinfónica tras el gol fueron las propias de una escena dramática. Con la moral por el piso, fueron en busca de la (¿imposible?) remontada. Género Épico: con trajes de héroes, se emprendió una levantada histórica en tiempo de descuento. El reloj ya pisaba los 35' reglamentarios y recién habían pasado sólo sesenta segundos del cuarto gol de Pochoclo, cuando apareció una hasta ahora apagada Furia Fernández para clavar un derechazo y marcar un 4 a 4 redentor y evitar así la tragedia. Género Fantástico: Treinta y seis minutos. Fede Canteli y la pelota en sus pies. Tenía el quinto y heroico gol en su pierna derecha pero increíblemente define mal y la pelota queda atrapada en los guantes del arquero rival. De no creer. Ciencia Ficción: los dos minutos finales de adición. Cuando el empate parecía clavado y todos miraban al árbitro esperando que éste señale el final, llegó el momento cumbre del film. Último contraataque (o el que parecía el último) comandado por Fede Canteli nuevamente que iba por la revancha, centro atrás, un despeje, Vaccaro mete la pelota de vuelta en el área rival, otro rebote y emerge la figura del que se vistió de héroe de sábado por la tarde: Ignacio Alonso clavando un derechazo inatajable de media de vuelta para el 5 a 4, impensado a esa altura, pero merecido desde hacía rato. Género Romántico: abrazos y más abrazos entre jugadores y cuerpo técnico de La Sinfónica en el eterno grito de gol. Deshaogo total. Seguramente el gol de Beto serán de esos que se recordarán por mucho tiempo, no por su espectacularidad sino por el valor del gol y porque fue el fruto de un esfuerzo enorme de un equipo que quiere cosas grandes. Última escena. Contraataque de La Sinfónica. Derechazo inatajable de Tomy Perez Bacchi y a cobrar. Seis a cuatro por si quedaba alguna duda y el partido sentenciado. FIN. Se bajaba el telón de una gran película que por suerte para los nuestros, terminó con final feliz pero que por poco no lo fue.
Que La Sinfónica volvió a ganar y ya lleva cuatro sin perder con tres victorias consecutivas, es cierto. Que se subió a la punta del campeonato y es firme candidato al título, también es cierto. Pero el partido del sábado son de esos en los que uno debe aprovechar para aprender, sacar conclusiones, corregir errores y prevenir situaciones futuras. Para corregir seguramente estarán el no definir los partidos, la falta de contundencia arriba, el desorden en el fondo y las protestas desairadas. Nunca es bueno desafiar a la suerte, jugar una apuesta con la fortuna y arriesgar un resultado que estaba casi definido en el primer tiempo. Pero por otro lado, hay que sacarse el sombrero con estos muchachos y reconocer la entrega que tuvieron para levantar un resultado en menos de cinco minutos y no desmoronarse frente a ese 3-4 que pareció fatal. Heroico, sublime, colosal... Mil adjetivos se le podrán adjudicar a esta victoria frente a un duro rival, que cometió el pecado de no matar a su rival dos veces y tan sólo herir de muerte a un equipo al que le sobra hambre de gloria y que tiene en mente un sólo objetivo. "No está muerto quien pelea" reza el refrán. Mucho menos esta Sinfónica, que quiere el Oscar a fin de año.
La Sinfónica 6 vs Pochoclo 4: el partido en números
(click en la imagen para agrandar)
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