La Sinfónica volvió a demostrar porqué es el puntero del campeonato, y goleó 6 a 3 a Pelotero con una Furia Fernández inspiradísima, que clavó dos. El equipo de Balvanera se mantiene con puntaje ideal y ya es la sensación del torneo.
La parada era difícil. Más allá de que Pelotero no atraviesa un buen momento, el partidazo del campeonato pasado (fue 4 a 3 para La Sinfónica con un gol sobre la hora de Nico Quintana) presagiaba un rival de categoría y una buena medida para saber si lo hecho en las dos primeras fechas fue casualidad o si el buen momento de La Sinfónica es una realidad. Lo hecho durante el partido por los de Balvanera demostró que La Sinfónica no está allá arriba por designios del destino ni porque se rifó una punta en una kermeze de jubilados, y el celeste tenía el número ganador. Personalidad, criterio y por sobre todo paciencia, fueron los ingredientes que mezcló La Sinfónica para armar el cóctel que los llevó al triunfo. Personalidad, porque sin ella no hubiese podido sobreponerse al 0 – 1 inicial, algo que en campeonatos pasados el arrancar pediendo se transformaba en un karma, ni se desesperó cuando el marcador mostraba un cerrado e incierto 4 – 3 . Criterio, para acertar y golpear en los momentos justos y soltar el pie del acelerador cuando el partido lo pedía. Y paciencia, mucha paciencia. La misma con la que un abuelo arma un castillo de naipes durante una siesta, La Sinfónica mantuvo siempre su estilo de juego, y no abandonó nunca la manera de jugar que caracterizó las tres victorias que tiene hasta acá. Mucho toque y mucha distribución de pelota, evitando en lo posible tirar algún pelotazo.
Como dijimos, el partido arrancó adverso para los nuestros. Tras una confusa jugada en la que ni la defensa ni el arquero de La Sinfónica pudieron despejar del área, luego de dos rebotes en los palos, llegó el primero para Pelotero. Injusto, si se evalúa lo hecho por cada uno de los equipos. Tras el empate, La Sinfónica siguió con el mismo repertorio, así es como a los 15’, una mano en el área rival tras un potente disparo de Facu March a la salida de un córner, y penal para los nuestros. ¿Quién pidió la pelota para patearlo? Si, el goleador que volvía a vestir la camiseta del club de sus amores Federico Canteli, otra vez frente al amor de su vida: el gol. Tranquilo, concentrado y seguro de lo que iba a hacer y como si no le pesasen los días de inactividad ni la presión por la necesidad del empate, Canteli tocó suave a una punta y nada que hacer para el guardavalla rival. Era empate 1 a 1, y había olor a justicia. Cinco minutos más tarde, llegaría el segundo, tras una gran arremetida de Wallace Casal, que quebró la defensa rival, abrió para Crastan Torres y este devolvió para un Casal que entró solo como 9 y sólo tuvo que empujar al gol. “Parece Maicon”, rumoreó un canoso plateísta mientras saboreaba unas garrapiñadas, para comentar el gol del mediocampista devenido en lateral derecho. Tras el segundo de La Sinfónica lo único que restaba en esa primera parte, también iba a tener a Willy como protagonista, porque un codazo irresponsable de un rival lo dejaba afuera de la cancha, y el partido se detuvo varios minutos. Se terminaba el primer tiempo, donde La Sinfónica fue el amo y señor del partido, quizás sin varias situaciones a favor, pero sí con el control de la pelota. Con un tándem cada vez más aceitado atrás con March y Casal, un mediocampo que esta vez no fue lo que supo ser en partidos anteriores, con un Anziano más metedor que jugador y con un Torres hasta ahí, impreciso. Más arriba, un Chango Herrera sacrificado por la derecha y un Canteli que volvía después de varios días y que jugó mejor de lo que se esperaba, y sin dejar de mencionar el periplo policial que había sufrido horas antes, nuestro Lucas Viatri de La Sinfónica.
En el segundo, llegaría lo mejor. A la cancha La Furia Fernández por el accidentado Casal, y el pibe Alejo Ferner por Canteli. La dupla fue clave para lo que vendría después. A los 10’, La Furia Fernández toma la pelota en el medio, y de contra, y tras dejar dos rivales en el camino, sacó un furibundo disparo de zurda que se clavó en el palo izquierdo del arquero. Era la tranquilidad en el marcador. El 3 a 1 parecía irremontable para el rival. Nada de eso ocurrió, pues 5’ después, otra pelota aérea complicaba a la defensa celeste y tras un mal despeje, el nueve rival descontaba. Era 3 a 2 y otra vez las dudas. Otra vez La Sinfónica salía a buscar el gol que tranquilice definitivamente a los nuestros y liquidara el partido. El autor de ese gol iba a ser Facu March, quien tras la salida de un tiro libre y tras pase de Emilio Herrera, metió un zurdazo que se clavó literalmente en el ángulo superior izquierdo, ante la atónita mirada el arquero rival: 4 a 2. ¿Llegaría la tranquilidad? No, un error de Facu a la salida de un tiro libre a favor, generó la contra de Pelotero y otra vez el descuento del rival. La Sinfónica parecía no poder liquidarlo y los fantasmas acechaban. Cuando el reloj marcaba los 25’, otra vez La Furia Fernández regalaba la tranquilidad que esta vez sí iba a ser definitiva. Un golazo por donde se lo mire, porque dejó un hombre en el camino, y desde afuera del área, la puso en el ángulo derecho, donde la quería poner, con la misma delicadeza que deja las botellas de champagne en las hieleras de Esperanto, cada fin de semana. Tras el de La Furia, llegaría el de Alejo Ferner tras un pase gol de Chango, al que el juvenil sólo tuvo que empujar al gol, y quien ya había tenido un par antes y había armado otras tantas con Chango y La Furia, en un trío que se entendió de maravillas. Lo único que quedaba era un gol mal anulado al goleador Canteli, quien había reingresado por un cansado Herrera.
Final de un gran partido. Otra prueba que La Sinfónica superó con firmeza, la misma que lo mantiene allá arriba en la tabla de posiciones. Otra vez la mesura colmó las declaraciones de los jugadores tras el final del partido. Nadie quiere apresurarse ni vaticinar pronósticos. Y está muy bien que así sea. El revés del campeonato pasado fue una lección para todos y de ella aún se está aprendiendo. A seguir así, sin desesperarse y tomando cada partido como una nueva prueba en la que se demuestre porqué La Sinfónica está donde está. Por ahora, la punta está mas que merecida. La punta está furiosa.
FIN.

Como dijimos, el partido arrancó adverso para los nuestros. Tras una confusa jugada en la que ni la defensa ni el arquero de La Sinfónica pudieron despejar del área, luego de dos rebotes en los palos, llegó el primero para Pelotero. Injusto, si se evalúa lo hecho por cada uno de los equipos. Tras el empate, La Sinfónica siguió con el mismo repertorio, así es como a los 15’, una mano en el área rival tras un potente disparo de Facu March a la salida de un córner, y penal para los nuestros. ¿Quién pidió la pelota para patearlo? Si, el goleador que volvía a vestir la camiseta del club de sus amores Federico Canteli, otra vez frente al amor de su vida: el gol. Tranquilo, concentrado y seguro de lo que iba a hacer y como si no le pesasen los días de inactividad ni la presión por la necesidad del empate, Canteli tocó suave a una punta y nada que hacer para el guardavalla rival. Era empate 1 a 1, y había olor a justicia. Cinco minutos más tarde, llegaría el segundo, tras una gran arremetida de Wallace Casal, que quebró la defensa rival, abrió para Crastan Torres y este devolvió para un Casal que entró solo como 9 y sólo tuvo que empujar al gol. “Parece Maicon”, rumoreó un canoso plateísta mientras saboreaba unas garrapiñadas, para comentar el gol del mediocampista devenido en lateral derecho. Tras el segundo de La Sinfónica lo único que restaba en esa primera parte, también iba a tener a Willy como protagonista, porque un codazo irresponsable de un rival lo dejaba afuera de la cancha, y el partido se detuvo varios minutos. Se terminaba el primer tiempo, donde La Sinfónica fue el amo y señor del partido, quizás sin varias situaciones a favor, pero sí con el control de la pelota. Con un tándem cada vez más aceitado atrás con March y Casal, un mediocampo que esta vez no fue lo que supo ser en partidos anteriores, con un Anziano más metedor que jugador y con un Torres hasta ahí, impreciso. Más arriba, un Chango Herrera sacrificado por la derecha y un Canteli que volvía después de varios días y que jugó mejor de lo que se esperaba, y sin dejar de mencionar el periplo policial que había sufrido horas antes, nuestro Lucas Viatri de La Sinfónica.
En el segundo, llegaría lo mejor. A la cancha La Furia Fernández por el accidentado Casal, y el pibe Alejo Ferner por Canteli. La dupla fue clave para lo que vendría después. A los 10’, La Furia Fernández toma la pelota en el medio, y de contra, y tras dejar dos rivales en el camino, sacó un furibundo disparo de zurda que se clavó en el palo izquierdo del arquero. Era la tranquilidad en el marcador. El 3 a 1 parecía irremontable para el rival. Nada de eso ocurrió, pues 5’ después, otra pelota aérea complicaba a la defensa celeste y tras un mal despeje, el nueve rival descontaba. Era 3 a 2 y otra vez las dudas. Otra vez La Sinfónica salía a buscar el gol que tranquilice definitivamente a los nuestros y liquidara el partido. El autor de ese gol iba a ser Facu March, quien tras la salida de un tiro libre y tras pase de Emilio Herrera, metió un zurdazo que se clavó literalmente en el ángulo superior izquierdo, ante la atónita mirada el arquero rival: 4 a 2. ¿Llegaría la tranquilidad? No, un error de Facu a la salida de un tiro libre a favor, generó la contra de Pelotero y otra vez el descuento del rival. La Sinfónica parecía no poder liquidarlo y los fantasmas acechaban. Cuando el reloj marcaba los 25’, otra vez La Furia Fernández regalaba la tranquilidad que esta vez sí iba a ser definitiva. Un golazo por donde se lo mire, porque dejó un hombre en el camino, y desde afuera del área, la puso en el ángulo derecho, donde la quería poner, con la misma delicadeza que deja las botellas de champagne en las hieleras de Esperanto, cada fin de semana. Tras el de La Furia, llegaría el de Alejo Ferner tras un pase gol de Chango, al que el juvenil sólo tuvo que empujar al gol, y quien ya había tenido un par antes y había armado otras tantas con Chango y La Furia, en un trío que se entendió de maravillas. Lo único que quedaba era un gol mal anulado al goleador Canteli, quien había reingresado por un cansado Herrera.
Final de un gran partido. Otra prueba que La Sinfónica superó con firmeza, la misma que lo mantiene allá arriba en la tabla de posiciones. Otra vez la mesura colmó las declaraciones de los jugadores tras el final del partido. Nadie quiere apresurarse ni vaticinar pronósticos. Y está muy bien que así sea. El revés del campeonato pasado fue una lección para todos y de ella aún se está aprendiendo. A seguir así, sin desesperarse y tomando cada partido como una nueva prueba en la que se demuestre porqué La Sinfónica está donde está. Por ahora, la punta está mas que merecida. La punta está furiosa.
FIN.
El partido en números: La Sinfónica 6 v. Pelotero 3
(click en la imagen para agrandar)
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