Una Sinfónica sin cambios en el banco, ganaba 2 a 0 a los 10' del ST pero se cansó y terminó agradeciendo el empate frente a Brigada Z. El celeste perdió dos puntos que lo hubiesen alejado del resto.
"Con uno en el banco se ganaba" fueron las palabras de un caliente Crastan Torres, en el camino hacia el túnel tras el pitido final. La bronca por el partido que pudo haber sido fue causa común entre los 7 que transpiraron más de la cuenta para aguantar el empate frente al duro Brigada Z por la 4ta fecha del Torneo Clausura. Es que lo ocurrido fue evidente. Un partido que se perfilaba para el cómodo triunfo, casi termina en pesadilla cuando La Sinfónica sin ningún reemplazo en el banco de suplentes por la irresponsabilidad de algunos, se quedó sin piernas y terminó firmando el empate tras la remontada del rival.
La Sinfónica comenzó bien parado, interpretando el mismo libreto que viene respetando a raja tabla desde el comienzo del torneo. Orden por sobre todo, y el imperativo categórico de no levantar la pelota del piso. Lo primero, lo cumplió. Lo segundo, le costó. Bien parados en el fondo, La Sinfónica parecía impenetrable, pero no creaba juego por imprecisiones y por la falta de coordinación de mitad de cancha en adelante. El partido era aburrido y no tenía llegadas claras, salvo algún disparo de lejos. Las emociones durante ese primer tiempo llegarían recién a los 20', tras la apertura del marcador, en los pies de Emilio Herrera, en lo que fue una avivada fantástica de Juan Anziano, quien haciendo gala de sus dotes de basketbolista transformó un lateral defesivo en un pase gol a Federico Canteli quien cruzó la pelota de izquierda a derecha para que el catamarqueño entre como 9 y defina con clase ante la salida del guardavalla rival. El 1 a 0 pareció avivar a Brigada Z, quien se vino con todo contra el arco de Alvarez Pizzo. Allí iba a estar la figura de la cancha y el verdugo de los de verde y blanco. Tras sacar una pelota increíble con mano cambiada y descolgándola de un ángulo, el de Las Cañitas se agrandó y sacó un par más para mantener el cero durante ese primer tiempo. En el segundo, el de buzo rosa sería la clave para sumar un punto y no perder tres.
Para el segundo tiempo, las cosas no cambiaron mucho. Sin cambios por la irresponsabilidad de algunos (vale repetirlo), el equipo no le quedó otra que mantener la misma idea y tratar de definirlo cuanto antes para no sufrir después. Se sabía, el cansancio y el desgaste sería un nuevo rival para la última parte del partido. Y así fue. Pese a ello, a los 10', Crastan Torres coronó una gran jugada entre los tres de arriba. Una gran combinación entre el mendocino, Emilio Herrera y Federico Canteli, terminaría con el 2 a 0 para esa altura por de más tranquilizador. Fueorn los mejores minutos de La Sinfónica en el partido. Un sablazo de Canteli desde afuera del área le rompió el travesaño, en lo que hubiese sido la definición del partido. Un par de llegadas más de la mano de Herrera y Torres terminaron por cerrar la excursión de los nuestros por terrenos rivales. Tras los 15', La Sinfónica inconcientemente puso la cola atrás y se dedicó a aguantarlo. Error táctico, mérito del rival, cansancio, necesidad. Se podrá discutir la causa pero lo cierto es que el celeste resignó presencia en ataque y lo terminó pagando caro pues a los 20' llegaría el descuento tras un gran disparo de afuera del área que se estrelló en un palo e ingresó por el otro. Era el presagio de lo que ocurriría 5' más tarde, cuando ni Herrera ni Casal pudieron frenar al delantero rival que logró entrar al área y con un centro atrás dejó sólo al autor del primero y selló el empate. Los últimos diez minutos fueron exclusivos de Nacho Alvarez Pizzo, quien no sólo fue la voz campante en el peor momento del celeste, sino que se guardó en sus guantes la victoria del rival en un par de ocasiones más. Final del partido y, por los últimos diez minutos, del suplicio. Caras de cansancio y resignación, mezcladas con la bronca por la irresponsabilidad y el poco compromiso de algunos.
La discusión desde el sábado es la misma. ¿Se ganó un punto o se perdieron dos? Tras la misma pregunta, el gran Coco Basile respondió tras un empate 1 a 1 de su Boca frente a Arsenal en Sarandí: "Ganamos uno, boludo. ¿Cuanto salimos? Empatamos, es un punto. Bye." Es cierto, en las estadísticas se ganó uno y la tabla muestra un total de 10 para mantener la punta. Pero en los partidos imaginarios o en el torneo de "lo que pudo haber pasado" sin dudas que se perdieron dos, porque quedó demostrado que con piernas frescas en el segundo tiempo, el partido no tendría porqué escapársele a los nuestros. Es cierto, aún con siete jugadores nuevos en esa segunda parte, quizás se hubiera perdido por goleada porque esto es fútbol y las posibilidades y las sorpresas están a la orden del día. Pero aquellos que estuvimos en la cancha, nos quedará la triste sensación de que si no fuera por la irresponsabilidad de algunos, el resultado hubiera sido otro y en lugar de contentarse por el empate, nos hubiéramos colmado de felicidad por el cuatro triunfo consecutivo.
FIN.

La Sinfónica comenzó bien parado, interpretando el mismo libreto que viene respetando a raja tabla desde el comienzo del torneo. Orden por sobre todo, y el imperativo categórico de no levantar la pelota del piso. Lo primero, lo cumplió. Lo segundo, le costó. Bien parados en el fondo, La Sinfónica parecía impenetrable, pero no creaba juego por imprecisiones y por la falta de coordinación de mitad de cancha en adelante. El partido era aburrido y no tenía llegadas claras, salvo algún disparo de lejos. Las emociones durante ese primer tiempo llegarían recién a los 20', tras la apertura del marcador, en los pies de Emilio Herrera, en lo que fue una avivada fantástica de Juan Anziano, quien haciendo gala de sus dotes de basketbolista transformó un lateral defesivo en un pase gol a Federico Canteli quien cruzó la pelota de izquierda a derecha para que el catamarqueño entre como 9 y defina con clase ante la salida del guardavalla rival. El 1 a 0 pareció avivar a Brigada Z, quien se vino con todo contra el arco de Alvarez Pizzo. Allí iba a estar la figura de la cancha y el verdugo de los de verde y blanco. Tras sacar una pelota increíble con mano cambiada y descolgándola de un ángulo, el de Las Cañitas se agrandó y sacó un par más para mantener el cero durante ese primer tiempo. En el segundo, el de buzo rosa sería la clave para sumar un punto y no perder tres.
Para el segundo tiempo, las cosas no cambiaron mucho. Sin cambios por la irresponsabilidad de algunos (vale repetirlo), el equipo no le quedó otra que mantener la misma idea y tratar de definirlo cuanto antes para no sufrir después. Se sabía, el cansancio y el desgaste sería un nuevo rival para la última parte del partido. Y así fue. Pese a ello, a los 10', Crastan Torres coronó una gran jugada entre los tres de arriba. Una gran combinación entre el mendocino, Emilio Herrera y Federico Canteli, terminaría con el 2 a 0 para esa altura por de más tranquilizador. Fueorn los mejores minutos de La Sinfónica en el partido. Un sablazo de Canteli desde afuera del área le rompió el travesaño, en lo que hubiese sido la definición del partido. Un par de llegadas más de la mano de Herrera y Torres terminaron por cerrar la excursión de los nuestros por terrenos rivales. Tras los 15', La Sinfónica inconcientemente puso la cola atrás y se dedicó a aguantarlo. Error táctico, mérito del rival, cansancio, necesidad. Se podrá discutir la causa pero lo cierto es que el celeste resignó presencia en ataque y lo terminó pagando caro pues a los 20' llegaría el descuento tras un gran disparo de afuera del área que se estrelló en un palo e ingresó por el otro. Era el presagio de lo que ocurriría 5' más tarde, cuando ni Herrera ni Casal pudieron frenar al delantero rival que logró entrar al área y con un centro atrás dejó sólo al autor del primero y selló el empate. Los últimos diez minutos fueron exclusivos de Nacho Alvarez Pizzo, quien no sólo fue la voz campante en el peor momento del celeste, sino que se guardó en sus guantes la victoria del rival en un par de ocasiones más. Final del partido y, por los últimos diez minutos, del suplicio. Caras de cansancio y resignación, mezcladas con la bronca por la irresponsabilidad y el poco compromiso de algunos.
La discusión desde el sábado es la misma. ¿Se ganó un punto o se perdieron dos? Tras la misma pregunta, el gran Coco Basile respondió tras un empate 1 a 1 de su Boca frente a Arsenal en Sarandí: "Ganamos uno, boludo. ¿Cuanto salimos? Empatamos, es un punto. Bye." Es cierto, en las estadísticas se ganó uno y la tabla muestra un total de 10 para mantener la punta. Pero en los partidos imaginarios o en el torneo de "lo que pudo haber pasado" sin dudas que se perdieron dos, porque quedó demostrado que con piernas frescas en el segundo tiempo, el partido no tendría porqué escapársele a los nuestros. Es cierto, aún con siete jugadores nuevos en esa segunda parte, quizás se hubiera perdido por goleada porque esto es fútbol y las posibilidades y las sorpresas están a la orden del día. Pero aquellos que estuvimos en la cancha, nos quedará la triste sensación de que si no fuera por la irresponsabilidad de algunos, el resultado hubiera sido otro y en lugar de contentarse por el empate, nos hubiéramos colmado de felicidad por el cuatro triunfo consecutivo.
FIN.
El partido en números: La Sinfónica 2 v. Brigada Z 2
(click en la imagen para agrandar)
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