Acá está el puntero

En una final por el campeonato, La Sinfónica madrugó a Atletas de Cristo con un tempranero gol de Canteli y estiró la distancia a 5 puntos. Los de celeste mantienen la punta y el invicto a cuatro fechas del final.

"Es un partido más".

Ese era el discurso de los jugadores durante la semana y durante los quince días que duró la espera para este partido. Puertas adentro, sabían que se jugaban mucho y que no había otra manera de adjetivar el partido: una final. Tras 27 días de inactividad, La Sinfónica volvía al ruedo con la mochila de que el parate no le pese y justamente frente a su más inmediato perseguidor. Las dudas sobre cómo respondería el equipo eran muchas y la ansiedad, total. Tanta que a los 2'de partido, cuando todavía los plateístas impuntuales se acomodaban en sus asientos, la viveza de Canteli hacía estragos en el área de Atletas de Cristo, y tras un pecado del arquero rival, el delantero de Belgrano robó la pelota y definió con el arco a su merced. Uno a cero en el amanecer del partido e imposible mejor comienzo de partido para los de Balvanera. A partir de allí La Sinfónica, apoyándose en el resultado, buscó manejar los hilos del partido e imponer el ritmo del juego. Lo logró durante casi todo el PT, intentando jugar el juego que sabe pero adaptándose también a un campo de juego que no se lo permitía tanto. Los recursos por ende, comenzaron a ser pelotazos largos para aprovechar al iluminado Canteli o evitar el traslado de la pelota. Las pifias que generaba el barro acumulado por la lluvia del viernes, se multiplicaban y paralizaban algunos corazones en las tribunas. Entre embarrada y embarrada iban a llegar las más claras de ese PT en los pies de Herrera y de Canteli, que entre el arquero rival y los travesaños se encargarían de despejar. Atrás, La Sinfónica no pasaba sobresaltos. March y Casal se encargaron de borrar a los delanteros rivales y Alvarez Pizzo era un mero espectador. Por ahora, al menos. En el medio, un Torres que hacía el trabajo sucio acompañando a un Anziano que ya se empezaba a comer la cancha, como lo hizo durante todo el partido. Herrera pidiendo todas, era el encargado de asistir a Canteli, que era todo un dolor de cabeza para la defensa contraria. Todo pintaba lindo. El Rembrandt que pintaba La Sinfónica promediando el PT hacía pensar que el celeste lo definiría en cualquiera momento y regularía después. Cuando se apagaba esa primera parte, La Sinfónica, sóla, cometió el grave error de lastimarse a sí mismo. Discusiones varias y graves entre March y Herrera, por una discusión previa entre este último y Anziano, generaron un descontrol innecesario, peligroso y sinsentido que hizo peligrar el resultado en más de una oportunidad. Es allí cuando apareció Nacho Alvarez Pizzo, sacando pelotas increíbles y hasta espectaculares, como la del gol olímpico que descolgó a mano cambiada que quedará en la lista de atajadas extravagantes a las que ya nos tiene acostumbrados. Herrera era sustituído por La Furia Fernández tras los incidentes con March, para poner un poco de aire fresco a un clima que estaba por demás caldeado. El timón del barco quedó sin dueño y el silbatazo del árbitro llegaba como un aluvión de tranquilidad y paños fríos. Qué pasó? Por qué un primer tiempo que si bien no estaba definido ni mucho menos pero que La Sinfónica lo controlaba a gusto y placer, terminaba con esa imágen de necesidad de que se termine cuanto antes? La explicación se resume a historias que creíamos enterradas. Con discusiones típicas de fútbol, La Sinfónica este año venía con una conducta intachable y parecía haber dejado atrás las grandes peleas dentro de la cancha que supo tener campeonatos pasados. Hoy volvieron y más duras que nunca. Esta vez con Facundo March y Emilio Herrera como principales protagonistas, pero con actores de reparto como Juan Martín Anziano y Cristian Torres. La imágen de la televisión mostrando a March pidiéndole al árbitro la amarilla para Herrera, su propio compañero, seguramente será una de las perlitas del campeonato, y un lunar para los nuestros. Era necesario? Se justifaba? Sólo ellos tienen la respuesta.
Para el ST, una mala nueva. Casal no volvía a la cancha por un fuerte golpe en su rodilla derecha al inicio del partido y que no lo dejó seguir. (Al término de esta edición Casal había pasado por un nosocomio de la Capital Federal para hacerse los estudios correspondientes y el diagnóstico fue un fuerte traumatismo en el músculo de la rodilla derecha, seguido de un derrame en la zona que le provocó una gran hinchazón. La lesión lo deja al márgen del partido de mañana frente a Veterans y a disposición del Dr. Gabach). Con el juvenil Manfredi en su reemplazo, La Sinfónica salía a ese ST en busca de olvidarse de lo ocurrido sobre el final del PT y de recuperar el protagonismo perdido. Todo dependía de ellos. Lo primero ocurrió, lo segundo, no tanto. De a poco, Atletas de Cristo empezó a inclinar la cancha y a meter a los nuestros en las cercanías de Alvarez Pizzo, que ante cada llegada de los de bordó, agigantaba su figura. No todo era del rival tampoco. Canteli volvió a tener un par de chances y Fernández iba creciendo de a poco siendo una buena compañía para el delantero. Pero la cancha pesada empezó a cansar a los nuestros y se presagiaba lo peor. El fantasma de partidos de campeonatos pasados se hacía sentir a esa altura. Promediando el ST, La Sinfónica aguantaba el resultado en los guantes de Alvarez Pizzo y en los pulmones de Anziano, que desde el incio del partido, fue un tractorcito comiéndose la mitad de la cancha. A la cancha Herrera, en lugar de un agotado Canteli para dar un poco de aire a La Sinfónica que empezaba a mirar el reloj. Ataques sin mucha profundidad fueron las armas de un rival que no supo torcer la férrea defensa celeste, ahora formada por un durísimo Manfredi y por un prolijísimo March, acompañados por un solidario Torres que desdoblaba sus funciones en pos del equipo. Cuando ya no había mas uñas para comer, el pitido final y el grito de desahogo. Era 1 a 0 y el final de una batalla interna y externa que terminó con final feliz pero que pendió de un hilo.
La Sinfónica está de racha y se nota. Se ganó el partido que se debía ganar, partido que en otros años lo hubiese perdido sobre la hora. El grito del final marcaba que fueron más de tres puntos los que se ganaron, porque no sólo se triunfó en la cancha, sino que supieron vencer a las dudas y contrasentidos que generaron las peleas del PT. No obstante, lo de hoy no debería volver a ocurrir. En un equipo que maduró como éste, y que tiene aspiraciones grandes no se pueden volver a permitir algunas conductas típicas de un equipo adolescente. El márgen para el análisis, sin embargo, no es mucho. Dentro de 24 horas, La Sinfónica tendrá otro durísimo exámen frente a Veterans, en este periplo de 6 puntos en dos días consecutivos. Estamos en la mitad de la travesía. Lo hecho hoy ya es cosa del pasado y aunque en la valija ya hay tres puntos, restan otros tres que serían claves para la búsqueda del tesoro. Por ahora, la brújula la tiene La Sinfónica.
FIN.

El partido en números: La Sinfónica 1 v. Atletas de Cristo 0

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