En una batalla que fue más naval que futbolística, La Sinfónica no supo aprovechar el hombre de más y sólo empató con Pochoclo 1 a 1 abandonando por primera vez en el torneo la punta del campeonato. Víctor, que debutaba, marcó el gol del empate.
"Seguro se suspende. Mirá como llueve."
La frase se repetió durante todo el viernes y en la mañana de sábado. Cuando se presagiaba el comienzo de otro sábado sin fútbol y sin La Sinfónica, llegaba desde Pilar la noticia de que la fecha se jugaba igual, pese a la inclemencia del tiempo. Para la hora del partido, se desataba un diluvio. Nos imáginábamos a San Pedro caminando por allá arriba, escurridor en mano, dejando caer el agua únicamente sobre Pilar. El destino del partido marcaba que se debía retrasar en todo sentido. No sólo en cuanto a los días de demora que traía, sino que tampoco comenzó a la hora estipulada, pues el micro que traía a Pochoclo demoró su llegada, supuestamente por las inclemencias del tiempo, ante la espera de todo el plantel de La Sinfónica. Allá por las 14.10, es decir 40' después de la hora que debía comenzar, y en medio de una cortina de agua, se daba commienzo, por fin, a lo que sería el partido más duro que jugó La Sinfónica hasta acá.
De entrada, la pesadez del campo de juego y la velocidad a la que se escurría la pelota, complicó a ambos equipos, sobretodo para los nuestros, acostumbrados a jugar con la pelota sobre el piso. Tras 10' en los que se dedicaron a evaluarse mutuamente, llegarían las primeras llegadas, casi todas en los pies de jugadores de La Sinfónica. Algunos disparos de media distancia, anunciaban que el arquero rival iba a ser el escollo más difícil de vencer. Y así fue. Para colmo, los palos y el travesaño parecían estar a favor de los de rojo y sino pregúntenle a Crastan Torres, que a los 15' tuvo la primera clarita tras una buena jugada colectiva que dejó al mendocino en plena área chica y que estrelló su disparo en el horizontal, picando después muy cerquita de la línea de gol. La segunda, también la tuvo Torres, esta vez luego de un buen centro de Emilio Herrera y que habilitó a Crastan para que éste, otra vez en el área chica, apenas la toque al segundo palo pero que encontró bien parado al guardavalla rival. ¿Usted pregunta por las de Pochoclo? En la primera que tuvo, la mandaron a guardar. De pelota parada y tas un gran tiro libre, la pelota dió en el travesaño y picó del lado de adentro, sin nada que hacer para Ignacio Alvarez Pizzo. "Vaya cuestiones del destino", exclamaba un vitalicio bajo un añejo paragua marrón. "Las nuestras pican afuera y la única de ellos, picó adentro", completaba su lamento. Tras el o - 1, el primer cambio en los de celeste. A la cancha el debut que todos esperaban. Después de tanta saliva gastada y tanta tina derramada, Víctor se ponía la rayada alternativa de La Sinfónica y a los 20' del PT ingresaba en lugar de Anziano en la posición de mediocampista central. Cinco minutos después de haber ingresado, mostró su personalidad haciéndose cargo de un tiro libre que parecía lejano para buscar el arco. Eso parecía, porque clavó un zurdazo implacable que se coló en el segundo palo del arquero y ponía el empate, más que justo. Como para presentarse, ¿vió? Tras el empate, el partido entró en una lucha constante. La adversidad del campo de juego, la lluvia que no cesaba, las piernas que empezaban a cansar y el partido cerrado, hacía habituales los cruces y disputas embarradas por la pelota. Allí es donde La Sinfónica mostró su mejor cara. Lejos de amedrentarse ni de achicarse, el celeste sacó pecho y bancó la parada aceptando las nuevas reglas de juego que le presentaba el partido. Al verse obligado a renunciar al buen trato de pelota, no dudó en ponerse el oberol y luchar el partido en mitad de cancha, con un Torres acostumbrado a esos gajes y con un Herrera que aprendió a hacerlo, sumado a un Víctor que combinaba entre buen pie y pierna fuerte. Abajo, un March y un Casal que se turnaban para borrar de la cancha al blondo delantero rival que sólo ganó en un cabezazo que terminó adentro del arco de Alvarez Pizzo, pero que fue debidamente invalidado por falta sobre Facundo. Arriba, un Fernández movedizo pero incómodo en la mojada escenografía, completaba el dibujo táctico de La Sinfónica.
El ST comenzaba con el interrogante de cómo aguantarían ambos equipos el desgaste de lo hecho en la primera parte. El juvenil Manfredi ingresaba por Torres, quién había tenido algunos problemas para cubrir sus espaldas. A los 10', se produjo el hecho por el cual quizás los de celeste se fueron masticando bronca por el resultado. Pochoclo, tras una infantil infracción de su delantero, se quedaba con un hombre menos, tras recibir la segunda amarilla. Ventaja enorme para los nuestros y que lamentablemente no supo aprovechar. Con un Alvarez Pizzo como espectador de lujo, Ignacio Alonso ingresaba por Emilio Herrera, tal vez soñando con repetir la historia del torneo anterior y volver a ser el héroe de la jornada. No ocurrió, pero se estuvo cerca. Casal, acalambrado, dejaba su lugar por Anziano, dejándolo sólo a March para defender en La Sinfónica, que corría contra el reloj y contra su propia desesperación. Estaba obligado a ir a buscar el resultado que lo mantenga en la punta y que, digamoslo, pusiera justicia en el resultado. Chances las tuvo, algunas muy claras y allí fue cuando el arquero rival justificó ser el hombre del partido. Manfredi tuvo dos claras y Beto Alonso estrelló una en el travesaño, tras pase de Víctor. Quedaba la última contra y de nuevo Víctor fue el comandante, pero el arquero volvió a quedarse con la pelota y con los 2 puntos que dejó en el camino La Sinfónica. Final del partido, y resignación.
"Seguro se suspende. Mirá como llueve."

De entrada, la pesadez del campo de juego y la velocidad a la que se escurría la pelota, complicó a ambos equipos, sobretodo para los nuestros, acostumbrados a jugar con la pelota sobre el piso. Tras 10' en los que se dedicaron a evaluarse mutuamente, llegarían las primeras llegadas, casi todas en los pies de jugadores de La Sinfónica. Algunos disparos de media distancia, anunciaban que el arquero rival iba a ser el escollo más difícil de vencer. Y así fue. Para colmo, los palos y el travesaño parecían estar a favor de los de rojo y sino pregúntenle a Crastan Torres, que a los 15' tuvo la primera clarita tras una buena jugada colectiva que dejó al mendocino en plena área chica y que estrelló su disparo en el horizontal, picando después muy cerquita de la línea de gol. La segunda, también la tuvo Torres, esta vez luego de un buen centro de Emilio Herrera y que habilitó a Crastan para que éste, otra vez en el área chica, apenas la toque al segundo palo pero que encontró bien parado al guardavalla rival. ¿Usted pregunta por las de Pochoclo? En la primera que tuvo, la mandaron a guardar. De pelota parada y tas un gran tiro libre, la pelota dió en el travesaño y picó del lado de adentro, sin nada que hacer para Ignacio Alvarez Pizzo. "Vaya cuestiones del destino", exclamaba un vitalicio bajo un añejo paragua marrón. "Las nuestras pican afuera y la única de ellos, picó adentro", completaba su lamento. Tras el o - 1, el primer cambio en los de celeste. A la cancha el debut que todos esperaban. Después de tanta saliva gastada y tanta tina derramada, Víctor se ponía la rayada alternativa de La Sinfónica y a los 20' del PT ingresaba en lugar de Anziano en la posición de mediocampista central. Cinco minutos después de haber ingresado, mostró su personalidad haciéndose cargo de un tiro libre que parecía lejano para buscar el arco. Eso parecía, porque clavó un zurdazo implacable que se coló en el segundo palo del arquero y ponía el empate, más que justo. Como para presentarse, ¿vió? Tras el empate, el partido entró en una lucha constante. La adversidad del campo de juego, la lluvia que no cesaba, las piernas que empezaban a cansar y el partido cerrado, hacía habituales los cruces y disputas embarradas por la pelota. Allí es donde La Sinfónica mostró su mejor cara. Lejos de amedrentarse ni de achicarse, el celeste sacó pecho y bancó la parada aceptando las nuevas reglas de juego que le presentaba el partido. Al verse obligado a renunciar al buen trato de pelota, no dudó en ponerse el oberol y luchar el partido en mitad de cancha, con un Torres acostumbrado a esos gajes y con un Herrera que aprendió a hacerlo, sumado a un Víctor que combinaba entre buen pie y pierna fuerte. Abajo, un March y un Casal que se turnaban para borrar de la cancha al blondo delantero rival que sólo ganó en un cabezazo que terminó adentro del arco de Alvarez Pizzo, pero que fue debidamente invalidado por falta sobre Facundo. Arriba, un Fernández movedizo pero incómodo en la mojada escenografía, completaba el dibujo táctico de La Sinfónica.
El ST comenzaba con el interrogante de cómo aguantarían ambos equipos el desgaste de lo hecho en la primera parte. El juvenil Manfredi ingresaba por Torres, quién había tenido algunos problemas para cubrir sus espaldas. A los 10', se produjo el hecho por el cual quizás los de celeste se fueron masticando bronca por el resultado. Pochoclo, tras una infantil infracción de su delantero, se quedaba con un hombre menos, tras recibir la segunda amarilla. Ventaja enorme para los nuestros y que lamentablemente no supo aprovechar. Con un Alvarez Pizzo como espectador de lujo, Ignacio Alonso ingresaba por Emilio Herrera, tal vez soñando con repetir la historia del torneo anterior y volver a ser el héroe de la jornada. No ocurrió, pero se estuvo cerca. Casal, acalambrado, dejaba su lugar por Anziano, dejándolo sólo a March para defender en La Sinfónica, que corría contra el reloj y contra su propia desesperación. Estaba obligado a ir a buscar el resultado que lo mantenga en la punta y que, digamoslo, pusiera justicia en el resultado. Chances las tuvo, algunas muy claras y allí fue cuando el arquero rival justificó ser el hombre del partido. Manfredi tuvo dos claras y Beto Alonso estrelló una en el travesaño, tras pase de Víctor. Quedaba la última contra y de nuevo Víctor fue el comandante, pero el arquero volvió a quedarse con la pelota y con los 2 puntos que dejó en el camino La Sinfónica. Final del partido, y resignación.
La Sinfónica perdió la punta, aunque tenga un partido menos que el resto. Obviamente que lo que pudo haber sido, es mucho más colorido que la tarde gris que determinó la repartija de puntos. Pero no es para lamentarse. Fue una batalla durísima, ante un rival que es y será un animador excluyente del torneo y que dió pelea hasta el final aún con un hombre menos. Quizás en otros tiempos, La Sinfónica se hubiera enojado con ella misma y habría perdido como ocurrió más de una vez. Ésta, fue distinto. La Sinfónica maduró, y se nota. La seriedad y la experiencia parece haber calado hondo en este equipo y en estos hombres que estuvieron a la altura de las circunstancias, no sólo del partido, sino del clima, interpretando un papel al cual no está acostumbrado. Párrafo aparte para la nueva incorporación y la ahora nueva joyita del club. Sin duda, este muchacho nos dará más de una satisfacción y ahora La Sinfónica tendrá que jugar al compás de este director de orquesta que sabe de esto, y mucho. Quedará en los demás músicos, saber interpretar sus partituras y quizás algunos tendrán que aprender a tocar nuevos instrumentos. Al fin y al cabo, todo sea por cantar a fin de año un "Dale campeón".
FIN.El partido en números: La Sinfónica 1 v. Pochoclo 1
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