Punto y banca

La Sinfónica rescató un puntazo frente al rival más duro que enfrentó hasta aquí. Fue 3 a 3, con uno de Anziano y dos de Herrera, que estuvo imparable. El punto sumado y el empate de Atletas de Cristo frente a Olín, dejó todo igual arriba a tres fechas del final.

La final anticipada. La Sinfónica comenzó esta tarde la seguidilla de tres partidos en cuatro días, que definirá el campeonato. En lugar de empezar por lo más liviano, el primer plato de esta Última Cena futbolera era el escollo más difícil de los tres. Como si en vez de empezar por la picadita, arrancas la cena con esos ñoquis a la bolognesa que te dejan regulando el resto de la semana. Esa era la figura que representaba al partido de esta tarde frente al duro Ultimatum. El clima no acompañaba y pequeñas gotas acompañaron durante toda la tarde gris. El clima dentro del plantel era de hermetismo. Nadie quería hablar ni adelantarse a los tiempos y la mesura debía ganar los corazones de todos para tomar este partido sólo como el primero de tres tiempos. La ausencia de La Furia Fernández también generaba cierta incertidumbre. El buen pie y la frescura del pibe de Recoleta es una de las principales armas que tiene este equipo, pero por problemas personales del jugador no era de la partida. En su lugar, un ignoto Lucas Carrasco más el poco más conocido Juan Manuel Manolo March que reemplazaba a Agustín Manfredi lesionado, hacían su presentación desde el banco de suplentes. A ello, la incertidumbre sobre el estado físico de Casal quien llegaba con lo justo tras su lesión de hace siete días, generaba más dudas. ¿Podría La Sinfónica vulnerar al duro Ultimatum aun con las ausencias? ¿Tenía equipo como para hacerlo? La respuesta ante tantas preguntas comenzó pasaditas las 15...
El partido fue cerrado desde el inicio, aunque la iniciativa, tal como se preveía, la tuvo Ultimatum al que no le servía otro resultado que la victoria. Los ataques comenzaron a repetirse, y fue allí cuando Nacho Alvarez Pizzo nos recordó a todos por qué es la valla menos vencida de todo Areia, comenzando a sacar pelotas de gol. ¿La Sinfónica? Intentaba, pero de a ratos. La cancha no ayudaba ni un poco, y el juego de distribución y triangulación que propone siempre el conjunto de Balvanera se hacía casi imposible en tales condiciones. Aunque bien parados atrás, algunas desatenciones de March y Casal generaron algunas claras para los rivales. En el medio, la dupla Anziano - Torres era pura lucha, mientras que Herrera buscaba su posición. Arriba, Canteli parecía desconectado del resto. Promediando el cuarto de hora, Wallace Casal cortó un ataque de Ultimatum en el área propia y cual su homónimo William Wallace, tomó la lanza y se fue en busca de la apertura del marcador. Tras dejar tres hombres en el camino, logró llegar a campo enemigo y cuando se disponía a patear, tres soldados del ejército contrario lo derribaron. Cuando parecía que la incursión del de Devoto por tierras lejanas parecía inútil, desde el piso habilitó a Juan Anziano que apareció como wing derecho, éste cruzó la pelota para que Herrera, como héroe de la conquista, empuje al gol y desate el primer grito de guerra de la tarde. Era 1 a 0 para los nuestros, quizás un poco exagerado, pero nada importaba. Tras el gol, La Sinfónica comenzó a tomar el protagonismo del juego. Se supo más importante que el rival y comenzó a jugar el partido como tal. Al fin y al cabo, el puntero era La Sinfónica. Pero esto es fútbol, y en el mejor momento del celeste, una buena maniobra del delantero rival que estuvo imparable, le ganó la cuerda a Facundo March y definió cruzado venciendo la resistencia de Alvarez Pizzo. El empate ponía un poco más de justicia al marcador, pero dolía que llegara justo en el momento que La Sinfónica comenzaba a despegar. El baldazo llegó dos minutos más tarde. Un centro sin peligro, tenía como único destino las manos de Alvarez Pizzo. La ansiedad del de rosa y el barro, le jugó una mala pasada al uno que soltó la pelota y le dejó al nueve rival su comida preferida: pelota en el pie y el arco desguarnecido. El gol era un puñal para los nuestros, y más para Alvarez Pizzo que venía haciendo un gran partido, y por sobre todo, de un excelente campeonato. La situación no era para nada alentadora. Por primera vez en el campeonato, a La Sinfónica le daban vuelta un resultado. Era un nuevo desafío para los de celeste, al que respondió en poco tiempo. Pasados los 20', un rápido lateral de Casal a lo Cholo Simeone en la Copa América '93, buscó a Chango Herrera, que en milésimas de segundos y con ojos en la nuca, decidió soltar un taco glorioso que habilitó a Anziano que ingresaba por el centro del área, y que rompió el arco con un derechazo inatajable, dejando clavado al arquero rival. Golazo. Porque se combinaron astucia para apurar un lateral, magia en el maravilloso taco de Herrera y contundencia con el sablazo de Anziano. El movido PT llegaba a su fin, con emociones para repartir.
La duda para el ST era si La Sinfónica saldría a buscar la victoria o se ataría al empate. Con el ingreso del juvenil Carrasco en lugar de Canteli, el celeste parecía inclinarse por la segunda opción. Pero a los 10', todo cambió. Un disparo de media distancia del rival, encontró la cabeza del nueve rival que de cabeza conectó al gol a centímetros de distancia de Alvarez Pizzo, que nada tenía que hacer. Un gol que caía como un paracaídas y que alternaba todas las estrategias de La Sinfónica. El segundo debut de la tarde se daba cuando Juan Manuel March reemplazaba a Casal a los 15'. La Sinfónica comenzó a pasarla mal. Fueron 10 minutos de sosobra en los que los nuestros no encontraban el medio, y en los que Alvarez Pizzo se rompía las manos y andaba a los revolcones en el medio del barro para evitar otra caída en el marcador. Era otra tarde inspirada de Nacho, transformándose nuevamente en el estandarte del equipo. Pero el que no quiso ser menos fue Emilio Herrera. El de Catamarca venía haciendo un gran partido desde el PT con un gol y una asistencia, pero lo mejor lo mostraría durante la segunda mitad del ST, cuando pareció quitarse la camiseta rayada para calzarse el traje de super héroe. Corriendo más que lo habitual y buscando ser la manija del equipo, fue el que más intentó de 3/4 en adelante. Tanto buscó, que al fin se le dio. A los 25', y tras un tiro libre a 15 metros del arco, Chango sacó su fuerza de voluntad y su amor propio para vertirlo sobre esa pelota blanca que, cual misil norteamericano en la Guerra del Golfo, salió disparado con la mira puesta en la red. Otro golazo para empatar el match en 3 y mantener el invicto. En los últimos cinco minutos La Sinfónica se dedicó a aguntar. Con una pareja de primos March bien parados, un Anziano que parecía tener dobles dentro de la cancha pues apareacía por todos los rincones, un Torres que fue puro sacrificio, un Herrera inspirado y un juvenil Carrasco que mordía todo lo que se cruzaba, el celeste no pasó sobresaltos y pudo bancar el empate que caía bastante bien en las aspiraciones de este equipo.
¿Está mal festejar empates? ¿Quién gana y quién pierde? Ninguno, es cierto. Un equipo que quiere salir primero, deberá ganarle a todos. ¿O sumar más puntos que el resto? Tal y como se presentaban las cosas antes del partido, La Sinfónica sacó un gran punto frente a su más cercano perseguidor y no solo mantuvo el invicto, sino que también mantuvo la punta y la diferencia de 5 puntos, ya que Atletas de Cristo tampoco pudo evitar el empate frente a Olín, próximo rival de La Sinfónica. Hoy fue de esos partidos que exigen un poco más de cada uno. En los que quizás se privilegia más una pelota bien trabada o un gran quite, antes que un caño o una fantasía. Frente a Ultimatum, las materias de Sacrificio, Timing, Amor Propio y Corazón, La Sinfónica las aprobó... y con diez. Así, sigue superando exámenes y cada vez está más cerca de recibirse. Mañana frente a Olín, y si los resultados lo acompañan, podemos festejar. Quizás el ascenso, y quizás el campeonato también. Por las dudas, andá preparado.
FIN.
El partido en números: La Sinfónica 3 v. Ultimatum 3


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