Ya dio una vuelta

No fue la olímpica todavía, pero el triunfazo ante Olín por 3 a 2 con un golazo agónico de La Furia Fernández, le permitió a La Sinfónica volver a la máxima categoría tras dos años en la B. A dos fechas del final, el celeste mantiene el invicto y está a cinco de Ultimatum. El martes, si vence a Tendencia, podrá dar la otra vuelta que le falta.

El sol brillaba en la mañana de domingo. La escenografía para lo que terminaría siendo un día histórico, no podía ser mejor. Un domingo que quedará grabado en los anales de esta rica institución que a casi tres años de su fundación, obtuvo su primer logro importante. Si bien el kick-off estaba estipulado para las 15, la jornada arrancaría mucho más temprano para los hinchas, jugadores y cuerpo técnico y la familia de La Sinfónica toda. Es que desde las 10, los designios de La Sinfónica comenzaban a ponerse en juego, cuando cuatro rivales con chances de alcanzar a los nuestros jugarían sus respectivos encuentros. La noticia del empate de Atletas de Cristo en un impensado 6 a 6, llenaba de ilusiones los corazones celestes. Más tarde, la llama de esperanza se apagaría rápidamente cuando el triunfo de Ultimatum ya era una realidad. La chance de dar una vuelta olímpica en la tarde de domingo quedaba totalmente desterrada ante la victoria de Brigada Gol. Los cáculos matemáticos estaban a la orden del día, mientras que las yemas de los dedos pedían piedad ante tanto botoncito de calculadora. Los números mostraban que si bien el triunfo no alcanzaría para dar la vuelta, los puntos asegurarían el ascenso a la máxima categoría. Los jugadores llegaron a Pilar con esa noticia pero se mantuvieron calmos ante tanta ansiedad, por saberse los únicos responsables de ir en búsqueda de un resultado y de una victoria que los haga alcanzar finalmente lo que tanto buscan desde hace dos años.
Pasadas las 15, la pelota comenzó a rodar y con ella, las ilusiones de todos. Habría que ver cómo respondería el plantel luego del desgaste hecho el día anterior frente a Ultimatum. Las piernas comenzarían a cansar mucho antes de lo habitual, por lo que los recambios se volvían cruciales. Por eso, La Sinfónica alteró la lista de concentrados que había presentado en la noche del sábado. Con la vuelta de La Furia Fernández, la vigencia de Juan Manuel March y la aparición del juvenil Andrés Torres, que ya había debutado en La Sinfónica el campeonato anterior, el cuerpo técnico se decidió por conformar un banco de suplentes batallador, que respondiera con aire y con pierna fuerte los últimos minutos de partido. La duda también estaba en cuánto aguantarían Facundo March y Guillermo Casal, sus sendas lesiones. March había terminado con una distención en la ingle izquierda el partido frente a Ultimatum, mientras que Casal aun arrastra el golpe en la todavía hinchada rodilla derecha que lo tiene a maltraer desde hace una semana. Desde los primeros minutos, se notó que el partido iba a tener una velocidad distinta. El calor de la tarde y por sobre todo las piernas pesadas del día anterior hacían que ambos equipos regulen más de la cuenta, haciendo lento el partido. Los arqueros eran meros espectadores durante los primeros minutos. Mucho exámen previo por parte de Olín, mucho temor a cansarse por parte de La Sinfónica. Esta vez con la cancha seca, La Sinfónica se dedicó a hacer el juego que mejor sabe. Chango Herrera buscaba ser el creador, y Fede Canteli bajaba para hacer de pivot. Juan Anziano y Cristian Torres marcaban el ritmo cansino del celeste, mientras que Facundo March y Guillermo Casal le ganaban en el mano a mano a los delanteros rivales. El partido era por demás aburrido. No hubo llegadas, hasta que un sablazo desde casi la mitad de la cancha tras un despeje, sacudía la modorra y la red de Alvarez Pizzo que nada pudo hacer. Por segunda vez en el campeonato (la anterior había sido vs. Pochoclo) La Sinfónica comenzaba perdiendo un partido. El derechazo del defensor rival, encendía la alarma del despertador y anunciaba que había que empezar a correr para quebrar la historia. Se debían dejar atrás el cansancio, las lesiones y todo lo externo que impida llegar a la victoria. Con esa responsabilidad a cuestas, el celeste fue en busca del empate que recién llegaría a los 20' cuando Canteli tras una buena jugada colectiva que tuvo a Anziano, Herrera, Torres y el propio goleador como protagonistas, definió con sutileza por encima del arquero para sellar el empate transitorio. El Pájaro Canteli volvía al gol tras un flojo partido frente a Ultimatum, mostrando que aparece en las difíciles y con goles claves como aquel frente a Atletas de Cristo. Tras el empate, La Sinfónica pareció acomodarse en la cancha y comenzó a jugar su juego. El dominio del partido se tornó celeste, y los Torres, Anziano y Canteli comenzaron a desequilibrar. Lo tuvo Canteli dos veces, una de cabeza tras una buena combinación con Herera que terminó despejando el arquero de gran manera y otra en una pelota que recibió sólo de espaldas pero que no pudo definir cómodo, intuyendo que habría alguien más marcándolo. Mientras el celeste acomodaba los cañones en busca del segundo, llegaría un tiro libre cerca del área de Alvarez Pizzo, que vulneró la barrera, chocó las manos de Alvarez Pizzo y cayó rendido a los pies del delantero rival que sólo empujó al gol en las narices de un enojado Alvarez Pizzo con su barrera. Otra vez La Sinfónica abajo en el resultado y con la obligación de irlo a buscar. El partido pedía un chipazo de creatividad, esa irrelevancia que sacuda lo lineal de un partido chato, sin grandes llegadas. Sí, La Furia Fernández con su atorrantez eléctrica, era indispensable para remontar la situación y dar vuelta la historia. Mostró pinceladas en lo que quedaba de ese PT, pero se guardó lo mejor para el final.
Tras el descanso, La Sinfónica mantuvo los mismos siete nombres. Las fugaces apariciones de La Furia Fernández en el PT dejaron la impresión de que en el segundo, él era el camino. A ello se le sumó el cambio de actitud del equipo, que a cara de perro, mostró su tono más agresivo desde el inicio de esa segunda mitad. A los 7', La Furia Fernández comandaba una nueva contra, tras soltar la pelota en un Casal que apareció como 5, éste habilitó a Canteli que luego de fallar en la primera definición, completó la maniobra definiendo de cabeza y de emboquillada por sobre el arquero. El empate llegaba en el momento justo. Antes de que las agujas marquen los 10', La Sinfónica empataba y se ponía a tiro. A la cancha Juan Manuel March en lugar de Casal. Era el momento del celeste y así lo supieron los jugadores, que liderados por Fernández iban en busca del gol que los deposite en la A. Olín también mostraba lo suyo, buscando con sus peligrosos delanteros que lo tuvieron a maltraer a Alvarez Pizzo en varias ocasiones, bien respondidas por el uno. La más clara de los rivales llegó a los 25', cuando tras otro tiro libre, que para esa altura era el arma más punzante del rival, el cleink! del palo izquierdo de Alvarez Pizzo aun se oye por Pilar. El destino jugaba para La Sinfónica. Era una señal. En otros tiempos, esa pelota pegaba en costado interno del palo y se metía. Hoy no, hoy se iba hacia el lateral, con una risa cómplice y guiñándole el ojo a los nuestros. El tiempo pasaba y el empate parecía clavado. Más cuando los palos cambiaron de equipo y ayudaron a Olín para negarle el gol a La Furia Fernández en dos oportunidades. Todo parecía hecho y finiquitado. El viejo Patek Philippe de un plateísta amargado marcaba los 32'. El número quedará grabado, así como ese instante heroico lo hará en los corazones de todos. Por mucho tiempo recordaermos esa imagen que retrataba a La Furia Fernández dibujando un enganche eterno con el pincel de su pierna derecha, para luego sacar ese zurdazo bajo, fuerte, esquinado, soberbio, irreverente, desfachatado, emotivo, goleador, glorioso... Inmortal. Gol de La Sinfónica. El grito de gloria aun perdura los oídos, mientras que los abrazos se guardan desde ayer en el alma de cada uno. Agonía, nervios, tensión, minuto transcurrido y final. La Sinfónica deja la B.
La angustia que se prolongó dos años, se desató un domingo de diciembre del 2009 donde todos liberaron culpas y responsabilidades, lavando los malos momentos vividos y consolidando un objetivo que se plantó a principios de año y que se cumplió a rajatabla durante este segundo semestre. Agónico debía ser, y agónico fue. La Sinfónica tiene el sufrimiento y la angustia como peajes inquebrantables en la ruta de su destino. Si así tiene que ser, que así sea. Los corazones aun aguantan y después del fin de semana, les sobra latidos para repartirlos el martes cuando el celeste se embarque en otra ilusión. La Sinfónica ya ascendió y un objetivo está cumplido. Dentro de 24 horas, irá en busca del otro, el de demostrar por qué durante los dos últimos años, estuvo en el lugar equivocado.
FIN.
El partido en números: La Sinfónica 3 v. Olín 2


(click en la imagen para agrandar)


Esto saldra en la pagina al pulsar leer mas

1 comentario:

diego a. maradona dijo...

arusa sos el toti pasman de la sinfonica. la tenes adentro!! suerte el martes muchachos, lo voy a seguir desde mi casa con la tota y mancu, lo juro x las nenas