La Sinfónica fue una tromba y jugó su mejor partido en mucho tiempo. Con tres de Canteli y otros de Quintana, goleó a Shithead por 8 a 4 en un clásico vibrante y lo dejó sin invicto. La Furia, que volvía, hizo los otros dos. La fiesta es sólo celeste.
Clásicos, son clásicos. No se juegan, no se discuten, no se protestan. Ni siquiera se empatan. Lo único que sirve, que interesa, sólo lo que llena el alma y calma la sed de gloria es la victoria. Cuánto más frente a este Shithead, último campeón gracias a los goles de Canteli frente a Fantasía, invicto, con todas sus figuras y con el antecedente de ese 5 a 1 que aún permanecía agrio e inalterable en el recuerdo de todos los hinchas y jugadores de La Sinfónica. No cambió mucho de aquella tarde para el olvido. Sólo algunos nombres, un técnico, y otras urgencias. Pero los cimientos de aquel día, son los mismos que los de hoy. Los históricos se mantienen, y la sed de revancha también. O mejor, se mantuvieron hasta el sábado.
El cuchillo estaba puesto desde temprano entre los dientes de cada uno de los diez que debían enfrentar tamaño partido. Incluso entre los de nuestro Fabi Nehme, que reemplazaba a Alvarez Pizzo, lesionado en el último entrenamiento previo al partido. La noticia de la posible vuelta de La Furia Fernández pareció una utopía durante toda la semana pero dejó de serlo a última hora de viernes cuando desde los pasillos de Areia llegó el OK para que el crack vuelva a ponerse la camiseta que tanto quiere. Pitu Manfredi también fue confirmado y completaba un banco de lujo junto a Ignacio Alonso. Desde el arranque, todos viejos conocidos, con la vuelta a la titularidad de Cristian Torres, armando un equipo que se perfila como el titular. El 2 - 0 tempranero de los nuestros con una gran definición de Canteli, tras pase de Quintana, y un remate furibundo del propio Nicolás que el arquero no logró frenar del todo, mostraba la concentración, y la actitud de un equipo que sabía que si quería ganar, había que empezar desde temprano. El ritmo era incesante. La Sinfónica metía, recibía otras, pero las más claras las seguían teniendo los de celeste. Iban 15' cuando todo pareció desmoronarse. El 9 rival comenzaba a hacer de las suyas, y en sólo 5', Shithead empató el partido. Todo muy precoz. En sólo 20' de partido, La Sinfo pasó de parecer llevarse todo, a los nubarrones que significaban que le empaten el partido. Qué decir cuando Fede Canteli ponía otra vez en ventaja a los nuestros tras un gran desborde de Nico Quintana que dejó sólo al goleador para que empuje al gol. La Sinfónica mostraba otra cara. Lejos de aquel equipo que se hubiera desmoronado como el World Trade Center en septiembre de 2001, dejaba bien en claro que no iba a dejar escapar el partido y pelaría hasta el final. Pero Shithead también. Ambos mostraban sus peores caras en defensa pero una contundencia tan increíble como como los seis goles en tan escasos minutos. Seis porque los de rojo y blanco lograron el 3 - 3 desde el mismo instante en el que reanudaron el juego tras el 3 - 2: se durmieron todos y otra vez el nueve rival empardaba un partido que a esa altura ya había pagado con creces la entrada. Si creían haber visto todo, a la lluvia de goles les quedaban algunas gotas. Y para demostrar que era la tarde de ellos, otra vez Canteli y Quintana se hicieron cargo de los goles. Primero fue el Pájaro que luchó una pelota que parecía perdida, logró llevarsela con el abdomen y ya sin arquero empujó al gol para el 4 - 3. Si había errores en el fondo de Shithead que permitían tantos goles, también los hubo en nuestra defensa y que permitieron que el rival otra vez logre el empate. Un desborde por la izquierda derivó en un centro que parecía no tener mucho peligro hasta que Facu March intentó despejar al córner pero no hizo más que anticipar a Fadi Nehme y marcar el 4 a 4. La suerte parecía jugar a favor del hasta allí invicto que encontraba con un gol en contra, un empate que ya no se sabía si era justo o no. Hacer cuatro goles en un mismo tiempo es un mérito bastante grande y algo hay que hacer para lograrlo. Pero La Sinfo tuvo un par de jugadas más que inclinaban el tablero de la justicia hacia el lado celeste, diferencia que se plasmó también en el resultado, porque a pocos minutos para el final de esa primera parte, Nico Quintana sacó un remate picante, que casi al ras del suelo se coló por el palo del arquero y ponía un exhuberante 5 - 4. Sobre la hora, dos jugadas pudieron haber aumentado la diferencia con dos cabezazos, uno de Anziano y otro de Quintana, que el uno rival despejó espectacularmente. Cuando las gargantas coloradas pedían clemencia ante tanto grito, el pito marcaba el final de la primera parte. De pie. Había que aplaudir el regalo que nos hicieron ambos equipos.
¿Qué había que hacer en el segundo? ¿Salir a buscar una diferencia mayor o aguantar esa mínima obtenida en el primer tiempo? Tanto empate de Shithead durante la primera mitad, parecía encontrar la respuesta. Con el afán de buscar más goles, a la cancha La Furia Fernández (en reemplazo de Canteli), imposibilitado de debutar en su nuevo club por irregularidades en su contrato y por ello logró regresar al celeste hasta tanto se solucione su situación. Su talento intacto se vería recién pasados los 15', pues hasta allí La Sinfónica inconsciente e inocente, metió la cola atrás y jugó los primeros quince como si fueran los últimos 5'. Aún así, Shithead no tuvo ninguna chance clara, salvo algunos remates que se fueron desviados o un tiro libre fortísimo que Fadi Nehme sorprendió a todos quedándose con el balón sin dar rebote. Tras la arremetida de los de rojo y blanco, regresaba Nico Quintana, quien había salido sobre el final del primer tiempo reemplazado por Ignacio Alonso. Había que recuperar la pelota y aprovechar de contra, los espacios que dejaba Shithead. Así fue, en la primera que tuvo la prometedora dupla Quintana - Fernández, hicieron lo que debían: liquidar el partido. En dos jugadas similares, y las dos de contra, se combinaron a la perfección para que La Furia ponga el 6 - 4 primero tras eludir al uno rival y el 7 - 4 con una linda definición picándola ante la salida del arquero. Con un poco más de aire con el ingreso de Pitu Manfredi en reemplazo de Willy Casal, La Sinfónica quiso aprovechar y aumentar aún más la diferencia obtenida pero sólo por impericia propia no lo pudo lograr. Fede Canteli aún tenía un as sobre la manga y con el partido definido, era una buena ocasión para aprovechar y acortar la distancia con los 100. Si bien no pudo convertir, su reingreso sirvió para asistir (otra vez) a Nico Quintana que definió de zurda para sellar el resultado. Fin del partido. De un partidazo. Otra vez, gracias.
Chocaron dos camiones, y de frente. En lugar de amortiguadores y paragolpes, lo que se desprendió fueron goles y más goles. Hace un par de meses, La Sinfónica aprendió que a Shithead no se lo espera, sino que se lo ataca. Si bien el costo del aprendizaje fue alto, ese 5 a 1 ya quedó sepultado y olvidado con este nuevo 8 a 4 y con el alivio que significa empatar el historial con el clásico rival. Pese a buenos resultados, La Sinfónica estaba en deuda con el nivel de juego. Se debía un partido así y vaya si eligieron rival para saldarla. Hubo concentración, pierna fuerte, actitud y una dupla con Quintana y Canteli a la que le salieron todas, en el mejor partido de La Sinfónica en mucho tiempo. Fue un gustazo ver a este equipo, recuperando esa actitud que brilló por su ausencia en el partido anterior frente a Gallos y que se sabía era trascendental recuperarla para seguir con vida en el torneo. No queda más que felicitar a cada uno de los diez que jugaron, que lo dieron todo, y que entendendieron que los clásicos no se juegan. Sólo se ganan.
FIN.
Fuerza Chango y Santi, los seguimos esperando.
El cuchillo estaba puesto desde temprano entre los dientes de cada uno de los diez que debían enfrentar tamaño partido. Incluso entre los de nuestro Fabi Nehme, que reemplazaba a Alvarez Pizzo, lesionado en el último entrenamiento previo al partido. La noticia de la posible vuelta de La Furia Fernández pareció una utopía durante toda la semana pero dejó de serlo a última hora de viernes cuando desde los pasillos de Areia llegó el OK para que el crack vuelva a ponerse la camiseta que tanto quiere. Pitu Manfredi también fue confirmado y completaba un banco de lujo junto a Ignacio Alonso. Desde el arranque, todos viejos conocidos, con la vuelta a la titularidad de Cristian Torres, armando un equipo que se perfila como el titular. El 2 - 0 tempranero de los nuestros con una gran definición de Canteli, tras pase de Quintana, y un remate furibundo del propio Nicolás que el arquero no logró frenar del todo, mostraba la concentración, y la actitud de un equipo que sabía que si quería ganar, había que empezar desde temprano. El ritmo era incesante. La Sinfónica metía, recibía otras, pero las más claras las seguían teniendo los de celeste. Iban 15' cuando todo pareció desmoronarse. El 9 rival comenzaba a hacer de las suyas, y en sólo 5', Shithead empató el partido. Todo muy precoz. En sólo 20' de partido, La Sinfo pasó de parecer llevarse todo, a los nubarrones que significaban que le empaten el partido. Qué decir cuando Fede Canteli ponía otra vez en ventaja a los nuestros tras un gran desborde de Nico Quintana que dejó sólo al goleador para que empuje al gol. La Sinfónica mostraba otra cara. Lejos de aquel equipo que se hubiera desmoronado como el World Trade Center en septiembre de 2001, dejaba bien en claro que no iba a dejar escapar el partido y pelaría hasta el final. Pero Shithead también. Ambos mostraban sus peores caras en defensa pero una contundencia tan increíble como como los seis goles en tan escasos minutos. Seis porque los de rojo y blanco lograron el 3 - 3 desde el mismo instante en el que reanudaron el juego tras el 3 - 2: se durmieron todos y otra vez el nueve rival empardaba un partido que a esa altura ya había pagado con creces la entrada. Si creían haber visto todo, a la lluvia de goles les quedaban algunas gotas. Y para demostrar que era la tarde de ellos, otra vez Canteli y Quintana se hicieron cargo de los goles. Primero fue el Pájaro que luchó una pelota que parecía perdida, logró llevarsela con el abdomen y ya sin arquero empujó al gol para el 4 - 3. Si había errores en el fondo de Shithead que permitían tantos goles, también los hubo en nuestra defensa y que permitieron que el rival otra vez logre el empate. Un desborde por la izquierda derivó en un centro que parecía no tener mucho peligro hasta que Facu March intentó despejar al córner pero no hizo más que anticipar a Fadi Nehme y marcar el 4 a 4. La suerte parecía jugar a favor del hasta allí invicto que encontraba con un gol en contra, un empate que ya no se sabía si era justo o no. Hacer cuatro goles en un mismo tiempo es un mérito bastante grande y algo hay que hacer para lograrlo. Pero La Sinfo tuvo un par de jugadas más que inclinaban el tablero de la justicia hacia el lado celeste, diferencia que se plasmó también en el resultado, porque a pocos minutos para el final de esa primera parte, Nico Quintana sacó un remate picante, que casi al ras del suelo se coló por el palo del arquero y ponía un exhuberante 5 - 4. Sobre la hora, dos jugadas pudieron haber aumentado la diferencia con dos cabezazos, uno de Anziano y otro de Quintana, que el uno rival despejó espectacularmente. Cuando las gargantas coloradas pedían clemencia ante tanto grito, el pito marcaba el final de la primera parte. De pie. Había que aplaudir el regalo que nos hicieron ambos equipos.
¿Qué había que hacer en el segundo? ¿Salir a buscar una diferencia mayor o aguantar esa mínima obtenida en el primer tiempo? Tanto empate de Shithead durante la primera mitad, parecía encontrar la respuesta. Con el afán de buscar más goles, a la cancha La Furia Fernández (en reemplazo de Canteli), imposibilitado de debutar en su nuevo club por irregularidades en su contrato y por ello logró regresar al celeste hasta tanto se solucione su situación. Su talento intacto se vería recién pasados los 15', pues hasta allí La Sinfónica inconsciente e inocente, metió la cola atrás y jugó los primeros quince como si fueran los últimos 5'. Aún así, Shithead no tuvo ninguna chance clara, salvo algunos remates que se fueron desviados o un tiro libre fortísimo que Fadi Nehme sorprendió a todos quedándose con el balón sin dar rebote. Tras la arremetida de los de rojo y blanco, regresaba Nico Quintana, quien había salido sobre el final del primer tiempo reemplazado por Ignacio Alonso. Había que recuperar la pelota y aprovechar de contra, los espacios que dejaba Shithead. Así fue, en la primera que tuvo la prometedora dupla Quintana - Fernández, hicieron lo que debían: liquidar el partido. En dos jugadas similares, y las dos de contra, se combinaron a la perfección para que La Furia ponga el 6 - 4 primero tras eludir al uno rival y el 7 - 4 con una linda definición picándola ante la salida del arquero. Con un poco más de aire con el ingreso de Pitu Manfredi en reemplazo de Willy Casal, La Sinfónica quiso aprovechar y aumentar aún más la diferencia obtenida pero sólo por impericia propia no lo pudo lograr. Fede Canteli aún tenía un as sobre la manga y con el partido definido, era una buena ocasión para aprovechar y acortar la distancia con los 100. Si bien no pudo convertir, su reingreso sirvió para asistir (otra vez) a Nico Quintana que definió de zurda para sellar el resultado. Fin del partido. De un partidazo. Otra vez, gracias.
Chocaron dos camiones, y de frente. En lugar de amortiguadores y paragolpes, lo que se desprendió fueron goles y más goles. Hace un par de meses, La Sinfónica aprendió que a Shithead no se lo espera, sino que se lo ataca. Si bien el costo del aprendizaje fue alto, ese 5 a 1 ya quedó sepultado y olvidado con este nuevo 8 a 4 y con el alivio que significa empatar el historial con el clásico rival. Pese a buenos resultados, La Sinfónica estaba en deuda con el nivel de juego. Se debía un partido así y vaya si eligieron rival para saldarla. Hubo concentración, pierna fuerte, actitud y una dupla con Quintana y Canteli a la que le salieron todas, en el mejor partido de La Sinfónica en mucho tiempo. Fue un gustazo ver a este equipo, recuperando esa actitud que brilló por su ausencia en el partido anterior frente a Gallos y que se sabía era trascendental recuperarla para seguir con vida en el torneo. No queda más que felicitar a cada uno de los diez que jugaron, que lo dieron todo, y que entendendieron que los clásicos no se juegan. Sólo se ganan.
FIN.
Fuerza Chango y Santi, los seguimos esperando.
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