La Vecchia Sinfónica

La Sinfónica empataba en dos frente al último campeón con goles de Torres y Fernández, hasta que ambos se quedaron con uno menos. A partir de allí, el celeste rememoró viejos fantasmas, se desordenó y La Vecchia Signora le metió cuatro en 20'. La Sinfo aún no ganó en el campeonato.

Confiarle a una persona que no vio el partido que hasta los 10' del ST La Sinfónica tenía claras chances de ganar un partido que terminó 2-6, no es mentira; aunque asegurarle que fue una de las peores actuaciones del equipo en mucho tiempo, tampoco. Entre estos dos extremos anduvo La Sinfónica, en un partido difícil de analizar, y más aún de explicar cómo, otra vez, el celeste no pudo mantener la ventaja ni aprovechar el envión del empate transitorio y se terminó yendo con una goleada impensada. Del lado celeste, un único cambio respecto de los nueve que enfrentaron a Gol de Manusovich en la 1er fecha: en reemplazo del lesionado Oscar Arusa (volvería frente a Rossonero), aparecía 'Rasta', a préstamo en el club y quien debutaba en la primera de La Sinfónica.
Se puede aceptar que La Sinfónica hizo unos buenos primeros 20', e incluso hasta logró la ventaja con un gol termpranero de Cristian Torres, que aprovechó una avivada de Canteli y Casal que hicieron rápido un córner y tras un centro-pase de éste último, el de Mendoza apareció sólo por el segundo palo para convertir el primer tanto del partido. Justificado pese al poco tiempo transcurrido, principalmente porque hasta allí fueron los de celeste quienes tuvieron el control de la pelota y la intención de ir a buscar. Tras el gol, La Vecchia apareció. No con tantas llegadas, sino con un juego ordenado, compacto y en equipo, que se prolongó durante toda la tarde. Del lado de los nuestros, cada vez se hacía más difícil penetrar en una defensa de seis hombres, donde hasta el delantero de punta se trasnformaba en socio para la marca. A la hora del ataque, los roles de los de rojo y blanco se alternaban y en gran número se sumaban a posiciones ofensivas transformando lentamente en figura al debutante 'Rasta'. La Sinfónica ya no llegaba como antes, y la desconexión entre las líneas era cada vez mayor, y para colmo, promediando la primera parte, luego de un error en la salida, La Vecchia interceptó un pase de March, y el nº14 rival quedó de cara al arco celeste para poner el 1-1, que a esa altura, era justificado. Se terminaaba un PT en el que si bien La Sinfónica arrancó mejor, La Vecchia logró emparejarlo, llegar al empate y justificarlo con llegadas más claras que las del celeste.
En el segundo tiempo, las cosas se mantuvieron... un rato. A poco de iniciada la segunda mitad, tras un córner y una salida en falso del uno celeste, dos cabezazos en el área y a cobrar. La Vecchia lograba dar vuelta el partido y todo se tornaba cuesta arriba para un equipo en el que había ingresado Emilio  Herrera en reemplazo de un flojo Juan Anziano. A los 15', sucedió quizás, el click del partido. Luego de discusiones verbales entre ambos equipos, algunos manotazos de más entre March y el nueve rival, determinaron la expulsión de los dos, dejando uno menos por lado. Más allá de que al minuto de las rojas, un jugadón de Fernández empataba el partido, las expulsiones marcarían un antes y un después en el encuentro. Es que hubo un equipo que entendió cómo jugar con uno menos y otro que erró el camino. El primero, La Vecchia, aceptó que el tener uno menos significaba un mayor esfuerzo de los cinco jugadores de campo, y que todos debían hacer todo: a partir de allí todos serían uno. Del otro lado, todo continuó igual, salvo el meter a Cristian Torres, de aceptable partido hasta allí, unos metros más atrás junto a un Casal que no subió más, y correrlo a Emilio Herrera como mediocampista central. Fernández debía agarrar la manija del equipo y Quintana, que había reingresado por Canteli, sería el único punta. Cada uno en su función, como si no hubiesen más metros para recorrer, sobreestimando esfuerzos propios y subestimando los ajenos. La lluvia de goles fue imposible de frenar. Uno tras otro comenzaron a clavarse como puñales a los corazones celestes, para una goleada que golpea duro y que no estaba en los planes. La Sinfónica sufrió los últimos 20', como hacía tiempo, años, no ocurría. Ninguno pudo hacerle frente a las contras del rival, y el reloj pasó a ser un aliado y no un enemigo como en otros encuentros. Fin del partido. Y de la agonía.
La peor derrota del celeste en mucho tiempo. La última vez que La Sinfónica había sufrido 6 goles fue hace casi dos años, el 04/07/09 frente a Volando Deluxe por la 9na fecha del Apertura de ese año, en la segunda categoría. Incluso más acá en el tiempo, pocas han sido las goleadas que sufrió el celeste (5-1 vs Shithead y 5-2 vs La Vecchia), pero ninguna tan clara como la del último sábado. En ninguna se corrió sufriendo, esperando que el reloj marque el final. El del sábado fue un partido en el que como se dijo más arriba, hubo un equipo que entendió cómo jugar y otro que, errado, mantuvo el libreto. Un equipo que jugó como equipo y otro que confió demasiado en sus individualidades. Allí habrá que hacer mella: un grupo que debe aprender que es un grupo, y jugar como tal, pensar en conjunto y no en cada uno de sus integrantes. Pero no nos aprovechemos del pugilista tirado en el suelo. La Sinfónica atraviesa el peor momento desde que ascendió a la primera y habrá que ayudarla en vez de golpear. Sí, el peor momento, pues hace 5 fechas que no gana, y la última victoria hay que ir a buscarla al 30/10 del año pasado, en la 8va fecha del torneo anterior frente a La Mandarina Mecánica. A partir de allí, 4 derrotas y un empate viene siendo la pobre cosecha del celeste y sobretodo, con una merma evidente en el juego. Como no hay que golpear, tampoco habrá que inflar demasiado. Los consejos no son bienvenidos en estos momentos, y las exigencias son aún más pesadas. Sólo los jugadores deben salir de ésta y de seguro sabrán cómo. A ellos, más que a nadie, les debe doler ver rememorar a una vieja Sinfónica que pensábamos olvidada.