Desde el arranque el celeste fue a buscarlo. Por primera vez en mucho tiempo, un rival se le plantaba a La Sinfónica con los seis hombres de campo detrás de mitad de cancha y jugaría de manera evidente, parado para la contra. Buscando por los costados con Casal y Anziano, o por el centro con Torres y Fernández, La Sinfo llegaba con pelota dominada hasta poco más de mitad de cancha, donde recién allí se sentía la marca del rival. Así y todo, al celeste le faltaba profundidad, era poco claro y le faltaban ideas para quebrar el cerrojo de los de gris. Un par de contras con pelotazos largos al pesado nueve rival, alertaban a los nuestros que no había que descuidarse atrás. En una de esas contras, de un tiro libre a favor de Fantasía, una serie de rebotes en el área y el primer penal de la tarde por una presunta mano intencional de La Furia Fernández. Si bien la pelota dio en la mano del 99, lo que se juzga (según el reglamento FIFA) es la intencionalidad del jugador, y en este caso, era evidente que no la hubo y que el jugador celeste estiró las manos a manera de protección sin ni siquiera tener la vista en el balón. Penal, y 0-1. Con el mismo libreto, la historia se repetía otra vez y era La Sinfónica el dueño de la pelota y de las intenciones más ofensivas. Pero dijimos que la cosa no anda y los dioses de la fortuna no están apuntando para nuestros lados. Tan sólo 5' después del 0-1, otra contra, y sí.. otro penal. Menos polémico que el anterior, habría que verlo nuevamente para comprobar si realmente March llega a tocar el pie derecho del delantero rival. Otra vez Alvarez Pizzo, que a esta altura parece estar escribiendo "El mito del eterno retorno" en el arco del celeste y que era titular por el faltazo de Arusa, parado frente al paredón de fusilamiento futbolero. Gol, y 2 a 0. Intento de fútbol por un lado, cnontraataques y eficacia desde los doce pasos en el otro. Así estaba el partido a los 15' del PT, a lo que se sumaba ahora la cuota de nerviosismo y bronca que habían contraído los nuestros ante la situación. A partir de allí Fantasía creció, buscó más y encontró espacios, pero tal como La Sinfónica desde el arranque, no lograba concretar en los metros finales. Lo que a esa altura debía ser un claro empate, decisiones arbitrales y mala fortuna hacían que el celeste se vaya al descanso con un 0-2 que pintaba oscuro el panorama de lo que vendría.
En el ST, la actitud de ambos fue la misma de los primeros minutos de partido. Si con el 0-0 Fantasía esperaba para contraatacar, imagine con el resultado a favor y dos goles de diferencia. La Sinfónica, sin encontrar la claridad ofensiva que supo tener hasta el año pasado, como pudo y a fuerza de voluntad se fue en busca del empate. Tanto va el cántaro que al final, Nico Quintana, que había ingresado en reemplazo de Federico Canteli, recibió un rápido lateral de Willy Casal, media vuelta y a cobrar. Todas las ilusiones renovadas tras un PT para el olvido, duraron menos de 10' porque después del descuento y tal como sucediera frente a Rossonero, cuando el empate era una posibilidad clara en el horizonte llegaría el gol de Fantasía; esta vez de jugada y tras un buen disparo desde el sector izquierdo y que se coló en el ángulo de Alvarez Pizzo. El partido parecía definido y más aún con las contras de Fantasía que llegaba con más espacios y desnudando los agujeros en la defensa del celeste, que ahora parecían agrandarse. Pero Nico Quintana tenía una tarde de inspiración y nos regalaría otra de sus andadas solitarias para ponerle más suspenso al partido cuando logró desbordar por izquierda y sentenciar al gran arquero rival. Con toda la carne al asador y con el reloj comenzando a apretar, La Sinfónica defendía en mitad de cancha, con Anziano y Casal casi como wings. Fue allí cuando la figura del uno rival se agigantó y terminó sepultando las esperanzas del empate celeste. Lo tuvo La Furia Fernández en un par de ocasiones, Casal con un mano a mano y hasta March probó de afuera pero no hubo caso. Para colmo, otra contra y... sí, otro penal en contra del celeste, esta vez tras una falta de Alvarez Pizzo, en el que quizá fuera el menos discutido de la tarde. Por terecera vez en 50', el nueve rival se paraba frente al uno celeste y otra vez el duelo lo ganaba el delantero. Si el 3-1 pareció marcar el final del partido, qué decir del 2-4 con menos de 10' por jugarse. Pero La Sinfo, si hay algo positivo para rescatarle, fue esa verguenza para continuar peleando hasta el final y para continuar yendo a buscar lo que merecía. Varias emociones más nos tenía preparado un partido que a esa altura había pagado la entrada con creces. Si un condimento estaba faltando era el de las expulsiones, y allí se anotaron Emilio Herrera y otro rival cuando tras un foul al de Catamarca, éste reaccionó, forcejeos y roja para ambos. Con uno menos por lado, los espacios se multiplicaron y el partido parecía no tener un final asegurado, y el partido ya era partidazo. Mucha gente alrededor de la cancha, más aún si se tiene en cuenta que en los televisores del predio de Areia se transmitía un picado: Barcelona - Real Madrid. A esa altura ya teníamos seis goles, tres penales, dos expulsados y como si eso fuera poco... otro penal. Sí, como para no creer, esta vez fue Cristian Torres quien supuestamente derrivó al delantero rival entrando al área y el pito marcaba el cuarto penal de la tarde y ¡todos! en favor de Fantasía. Fue el momento de explosión de los nuestros. Un March descontrolado buscaba explicaciones. Afuera, el propio presidente Cacciacane, jugadores y allegados no podian creer lo que sucedía y hasta 'Pitu' Manfredi invadía el campo en busca de razones ante tanto penal. El partido estuvo parado, y cuando se logró algo de normalidad en una situación que de normal tenía poco, ahí aparecía otra vez la escena que se repitió durante toda la tarde: Alvarez Pizzo, resignado a cumplir un rol protagónico, le ganaba esta vez el duelo al nueve rival que por primera vez cambió el palo y le ponía aún más picante al final del encuentro. Qué condimento habrá puesto otra vez Nico Quintana, porque 5' después del penal atajado por Nacho Alvarez Pizzo, el blondo peleó una pelota arriba que parecía perdida y de emboquillada metió un cabezazo para poner el 3-4. Pero La Sinfo no liga, y le faltó fortuna para encontrar el empate, pues las chances las tuvo. Final del encuentro y derrota, otra vez.
'Uno propone, y Dios dispone' repite siempre la madre de un miembro del plantel. O si usted prefiere y le quiere quitar el tinte religioso a la frase, 'uno propone y el destino dispone'. De cualquier manera, el dicho siempre se cumple y por más que uno quiera, las cosas se dan como se tienen que dar. Contra esa realidad se chocó La Sinfónica este sábado, en un partido en el que no mereció irse derrotado. Si hay algo que caracteriza al blog, es la objetividad. Ni triunfalistas extremos en la victoria, ni amarillismo de carroña en la derrota. Tampoco somos de buscar culpables externos ni excusas simplistas. Pero esta vez, la figura del árbitro no pasó inadvertida y fue trascendental en el normal desarrollo de un partido que con otro pito, la historia seguramente habría tenido otro final. No podemos separnos de explicar el partido desde las decisiones arbitrales pues fueron determinantes en el juego, resultado y el carácter de un equipo como La Sinfónica que, aún ante la adversidad más pura, ante el juez y sus decisiones y fremte a un resultado que siempre estuvo cuesta arriba, siguió buscando y soñando con una convicción envidiable. Pero tampoco queremos que la conclusión sea simplemente que se perdió por el árbitro. Seguramente habrán habido otros factores que influyeron y no hay que olvidar que La Sinfónica no juega bien, que debe corregir mucho en defensa y ser más agresivo y contundente en ofensiva. La Sinfo está atravesando esas rachas en las que siempre hay factores que influyen desde lo negativo. No es buscar excusas ni explicaciones sobrenaturales, pero lo del sábado demostró que el celeste deberá luchar contra sus propios errores, las virtudes del rival y quizás, errores de los que menos se deben equivocar.
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