Sin aire ni globito

Con uno menos desde los 7' (roja a Tuli por mano, y penal), y 0-2 abajo, La Sinfónica le jugó de igual a igual al puntero y hasta logró empatarlo. En el ST, sin piernas ni aire, cayó 6-3.


Nico Quintana jugó un partidazo pese a su soledad.

No hay mucho para analizar en un partido que se desdibujó antes de los 10' de haber comenzado. Un descuido en un córner (otro más en el campeonato), y el puntero se puso en ventaja pisando los 5', en lo que hasta allí era un normal desarrollo de un partido de fútbol. A los 7', contra de Sin Globito, Alvarez Pizzo en el camino y Santamarina se vistió de arquero para 'salvar' el gol rival. No hubo 'muñequeo' por parte del pito, que apeló al reglamento y apelando al último recurso expulsó al de Tandil, que debutaba como titular. Penal, y a cobrar, y el comienzo del fin para los de celeste, sin que hubiese mucho para transpirar. Toda una semana de preparativos, se desmoronó en menos de 600 segundos, para pasar a jugar otro partido, totalmente distinto y casi que defendiendo el hnor más que el arco de Alvarez Pizzo. Si no se había transpirado hasta allí, vaya si lo hicieron los seis que quedaron en cancha en lo que restó de partido. Tanto, que en los primeros minutos post-expulsión, el hombre de más brilló por su ausencia, pues La Sinfónica redobló esfuerzos y hasta consiguió un milagroso e inesperado empate. Primero de la mano de Quintana, que fue todo amor propio para generarse su propia situación y poner el 1-2, minutos antes de que una pifia del uno rival, dejara pasar el pase de su propio defensor para que con un blooper La Sinfónica hiciera saltar la banca de los apostadores. Un 2 a 2 tan sorpresivo como injusto, pero que generaba el frote de manos por parte de los nuestros. Bancando ese sueño llamado empate, el celeste se aglomeraba bien atrás con March, Casal y Torres, la Furia Fernández que hacía las veces de mediocampista defensivo y un Nico Quintana arriba peleando con le mundo y enarbolando la bandera del sacrificio. No mentimos si contamos que Alvarez Pizzo no trabajó lo que se pensaba que lo haría tras la expulsión de Santamarina. La Sinfo le complicó el trabajo a Sin Globito que casi sobre el final de esa primera parte conseguiría el 3-2, tras un centro a rastrón que conectó el nueve rival en las narices de Alvarez Pizzo. 
Con el final del primer tiempo, las sensaciones de una posible goleada en el segundo regresaban, considerando ese tercer gol sobre el final de la parte inicial como un mazazo a la moral de los nuestros. Mucho más después de que a los 5', tras la salida de un córner, una buena jugada individual seguido por un tremendo disparo que se coló en el palo derecho del uno celeste, ponía un tranquilizador 2-4 para el líder del torneo y acomodando los pronósticos de los presentes a una mayor lógica. La Sinfo era sólo entrega, pulmón y recuperar la pelota para que Quintana ingenie alguna de las suyas arriba, ahora acompañado por Fede Canteli. Cuando parecía que la goleada se consumaba, otra vez fueron los de celeste que ponían algo de pimienta al encuentro y en los pies de La Furia Fernández, La Sinfónica encontraba otro descuento, promediando la segunda mitad. Si bien los de rosa tuvieron varias chances de convertir, no es menos cierto que Nico Quintana tuvo unas cuantas que se fueron desviadas pero que podrían haber puesto algo más de suspenso a un partido que, resaltémoslo, se terminó de definir recién los 30', cuando Sin Globito convirtió el 5-3 tras un mano a mano, y el 6-3 definitivo con una perla de tiro libre en tiempo de descuento.
Duele ver a La Sinfónica. Esta vez no por lo horrible que jugó la fecha anterior, sino porque tampoco le sale una. Se había aferrado a una idea durante la semana, que se desmoronó como un castillo de naipes ni bien comenzado el partido, por una expulsión evitable pero no criticable. No carguemos contra el 'expulsado' pretendiendo que en milésimas de segundos considere la posición de su mano teniendo en cuenta el reloj y el resultado. Con uno menos, el partido fue otro y la goleada se tornó casi un destino, pero La Sinfónica mostró otra cara, de nuevo sin fútbol, pero con una actitud totalmente distinta a todo, haciéndose grande en la adversidad absoluta y rescatando al menos el honor de todos. Pero no sirve la derrota, ni nos quedaremos observando la tabla de honores. La Sinfónica debe ganar o ganar el próximo partido para encontrar algo del aire en el campeonato, ese que el sábado le terminó faltando.


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