Manu negra

La Sinfo cayó 2-4 frente a Gol de Manusovich y se complica con la permanencia. Lo pudo ganar, no lo liquidó y sobre el final se lo dieron vuelta. En un final para la polémica, el celeste terminó con seis por expulsión de Torres y March asegura que el pito lo discriminó. 

Santamarina mira desafiante al juez. Escándalo en el final.

Mañana hermosa tocaba en la ciudad de Buenos Aires, esos días donde da gusto levantarse temprano y ver el sol brillar como nunca antes, y esperar con ansias un mañana excelente de nuestros players para salir definitivamente de la zona de miedo del campeonato de primera división de Areia. El reloj marcaba las 10:00, un estadio repleto y los jugadores haciendo los últimos movimientos pre-competitivos para salir a la batalla que se avecinaba. El equipo presentaba algunas variantes con respecto al último sábado: en el arco, Pablo 'el Rasta' Pitter, en reemplazo de Alvarez Pizzo, ausente por una tendinitis en la mano derecha, y Julián Santamarina en lugar de Guillermo Casal, por razones ya conocidas. Así arrancaba el celeste el partido donde si bien hubo variantes, el funcionamiento y la idea era la misma. El partido comenzó lento, ambos equipos estudiándose los primeros minutos y en este rubro era La Sinfónica, quien sacaba ventaja porque terminó antes de leer y analizar a su rival y empezó a atacar de entrada sabiendo que era la única forma para poder lastimar al simpre difícil  Gol de Manusovich, donde la fórmula era dársela al blondo delantero Quintana para que él mismo se generara sus propias situaciones de gol y haga tambalear a toda la defensa del equipo blanco, un Canteli de aceptable partido, queriéndose hacerse dueño de la pelota con Juan Anziano, pero que lo lograban de a ratos, la defensa muy bien plantada con Torres ya afianzado como último hombre, Santamarina cerrando su costado derecho y March tratando de ser la salida limpia que al equipo le estaba faltando debido a la ausencia de Casal. En el arco, un siempre atento Rasta, ante cualquier tiro peligroso del rival. El celeste iba e iba hasta que por fin tuvo su premio: Quintana recibe la pelota cerca del área rival, la aguantó y de media vuelta clavó un derechazo inatajable, para poner a La Sinfónica arriba en el marcador y bien merecido porque era el único que intentaba atacar en un partido trabado. Gracias a ese gol, los de Manusovich se vieron obligados a buscar la igualdad en el marcador haciéndose fuertes a la hora de los tiros de media distancia pero se chocaban con la respuesta de Rasta y las piernas de los defensores del celeste, que no podía agarrar la pelota y sin querer queriendo (como diría El Chavo), le cedía metros y pelota a Manosuvich, que finalmente llegaría al empate tras un despeje que le queda al volante central afuera del área grande para sacar un remate dificilícimo para cualquier arquero para poner la parda en 1. A poco del final de ese primer tiempo, Quintana sacó de esos conejos de la galera que nos tiene acostumbrados y puso de nuevo a los nuestros arriba en el marcador y con justicia porque para esa altura del partido La Sinfónica siempre fue más que su rival y merecía estar arriba en el resultado. Antes que finalice el PT, un March cansado es reemplazado por Manfredi, quien en esos 5' que quedaban para terminar esa primera mitad cumplió con su actuación.
Para el segundo tiempo, a la cancha Fernández por Santamarina como volante central. Quizás en esos primeros 15' se vio lo mejor de La Sinfónica en el partido: La Furia haciéndose dueño de la mitad de la cancha, juntándose con Canteli y teniendo varias situaciones de gol para liquidar el partido. Pero los goles que no se hacen en un arco, se sufren en el otro dice la frase futbolera y vaya si es cierta. Afuera Fernández por un problema en la columna que lo tuvo al maltraer años atrás y adentro March. Pocos minutos después, tras un pelotazo largo que lo deja confundido al propio March, le ganan la espalada y el longo delantero rival clavó un cabezazo impecable clavándose en el ángulo superior izquierdo para poner las cosas 2-2. Injusticia seguro pero en el fútbol no es merecer sino hacer y lo que La Sinfo no hizo, Gol de Manusovich sí. Lo tuvo Quintana de nuevo pero el palo le dijo que no. De esa contra, March genera un foul evitable cerca del área propia, y otra vez sopa: impecable tiro libre que se mete adentro del arco y pone el marcador por primera vez abajo 2-3 y tras ello, la peor cara del celeste: la expulsión de Torres por doble amarilla dejaba al equipo con un jugador menos en el peor momento. El celeste a remar de nuevo, y Quintana hace otra jugada maradoniana pero la salvan en la línea demostrando que la suerte no estaba de nuestro lado y el partido terminó de concluir con el cuarto tanto del rival y poner cifras definitivas al encuentro.
Otra derrota y vuelta a los puestos de promoción. Párrafo aparte para el árbitro del partido, quien en teoría debe imponer la justicia en el juego, pero esta vez la olvidó, no fue parcial, cobró absolutamente todo en contra de La Sinfónica, expulsó mal a Torres y olvidó hacerlo al delantero rival que agredió físicamente a Santamarina argumentando no ver el golpe. Para completarla, una agresión verbal  innecesaria a March marcándose la panza en mención al estado físico del mismo y amenazando constantemente a Santamarina que lo iba a expulsar del encuentro. Debió imponer justicia para ambos lados, pero se olvidó de los nuestros. No es momento de decir que ser perdió por el árbitro, sí de decir que se jugó un excelente partido que no se mereció perder y que jugando con esta actitud y estas ganas las dos finales que quedan, podremos lograr el objetivo y mantener la categoría. Está en los jugadores saber si se caen al abismo o salen a flote. Al menos esta vez no hay que hacer 15 goles, sino solamente jugar como último partido y lo podemos hacer.


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