Marin, celular en mano, siempre atiende a la prensa. |
Desfachatados, extrovertidos y desacartonados. Así se presentaron en la redacción tres de los cuatro juveniles que renovaron un plantel de La Sinfónica que ya incursiona en la América B de Alto Nono, y que los tiene como principales artífices del buen momento del club. Tres personajes que fuera de la cancha parecen tomar todo a risa, pero que adentro dejan hasta lo que no tienen por una camiseta que sólo visten hace seis meses. Champagne en mano, Andrés Cuito Torres, Diego Marin y Pacho Buenader (de licencia actualmente), nos cuentan cómo viven estos primeros meses en La Sinfo y qué piensan del futuro.
Ya comenzaron un nuevo torneo, hicieron el duelo de la final, ¿cómo evalúan tanto individual como grupal sus desempeños en lo que llevan jugado en La Sinfónica?
Diego: Considero que los pasados, fueron seis meses muy positivos tanto individualmente como grupal. Individualmente considero que fue un gran semestre, en el cual me adapte muy rápido a un increíble grupo de trabajo. Sin embargo me siento en deuda debido a que considero que mi rendimiento fue de mayor a menor, cosa que debo modificar si quiero jugar en una institución tan prestigiosa. Desde mi punto de vista, del lado grupal fue muy bueno, ya que logramos armar un excelente grupo, sobre todo humano, y si bien no se pudo salir campeón, logramos cumplir con el primer objetivo que nos pusimos en la pretemporada.
Pacho: La evaluación del aspecto grupal es positiva. Conseguimos el ascenso, que era el objetivo principal y pudimos pelear el torneo hasta ultimo momento con chances concretas. La verdad para mi fue un crecimiento importante pues venía de jugar en un equipo sin tanto “vuelo”, de forma tal que estar en un club como La Sinfo fue un verdadero desafío.
En el plano personal, creo que en líneas generales el rendimiento fue bueno, de mayor a menor, lo tengo claro. Por ahí los últimos partidos no rendí como esperaba, pero estoy tranquilo de haber dejado todo. Lo importante siempre es lo colectivo.
Cuito: los primeros seis meses fueron un tanto alborotados en lo personal. He jugado en casi todos los puestos de la cancha, siempre tratando de dar una mano, pero muchas veces perdido o tratando de hacer lo mejor posible pero no sintiéndose cómodo al 100%. A nivel grupal, me he sentido muy bien, me he encontrado con un equipo dispuesto a ayudar a su compañero y eso me hace feliz. Si mis compañeros están bien, yo me siento bien.
¿Qué fue lo mejor y lo peor de cada uno en el torneo pasado?
D: Considero que lo mejor fue la entrega al máximo en cada partido y los primeros partidos del campeonato. Por otro lado me siento en deuda en el armado del juego, sobretodo en el partido más importante, frente a Néstor.
P: Qué pregunta (ríe). ¡Parece una declaracion indagatoria esto! En líneas generales creo que lo peor del equipo se vio en los últimos partidos, entrábamos muy nerviosos, ansiosos, quizá fruto de la confianza que teníamos en nosotros mismos de forma tal que al correr los minutos y no embocar al arco nos volvíamos locos y es ahí donde se veía nuestra peor faceta. Gracias a Dios tenemos jugadores desequilibrantes que siempre podían abrir el cero para a partir de ahí sí, jugar más tranquilos.
Después, rescato el amor propio del equipo, la entrega, la sangre caliente en los momentos más críticos para dar vuelta los partidos. Creo que ese es un rasgo invalorable de este equipo, que, además de jugar bien, le pone mucha “bronca” a los partidos.
C: Somos muchos en el equipo y hay muchas cosas buenas, pero algunas perlitas que me han quedado es el buen juego del Tuli (risas de los tres). Lindo para que salga jugando de abajo...(carcajadas) También rescato la tranquilidad que le ha dado el Chango al equipo dentro del campo, jamás un queja y menos aún una puteada si no se la das, un crack.
¿Cómo llevan el estar en un club tan grande como La Sinfónica? ¿Cómo hacen para sobrevivir al mundo sinfónico?
D: La verdad que no es fácil . Uno tiene que tener siempre los pies sobre la tierra y no olvidarse de donde viene. La fama tiene sus cosas lindas, como el aliento de la gente en la calle, pero también tiene sus desventajas. Te doy un ejemplo, el sábado a la noche salí a tomar algo tranquilo con mis compañeros de equipo y tuve un pequeño inconveniente en el cual no podía encontrar mi auto. Al día siguiente hasta la portera de mi casa me preguntó si lo había encontrado. Todo el mundo está pendiente de La Sinfónica.
P: Como te decía antes, fue todo un desafío para mí. La cancha, la gente, los medios, el entorno, es otra cosa. Lógicamente tenés más presión, estás inmerso en un mundo donde se respira fútbol. A veces esto juega a favor, a veces en contra, pero ahí es donde esta la personalidad del jugar para saberlo llevar adelante.
En lo personal, me siento muy cómodo y esto, en gran parte, es gracias al excelente grupo humano con el que me toca compartir vestuario.
¿Qué cosas tienen para corregir y cuales son los objetivos en este semestre?
D: Visto el grupo que se armo y la calidad de jugadores que tenemos, me animo a decir que estamos para pelear nuevamente el ascenso y campeonato, pese a que no arrancamos como esperábamos. Sin embargo para no quedarnos en el camino tenemos que lograr entrar más despiertos a los partidos, lo cual considero que es nuestro principal déficit.
P: Creo que entre las cosas para corregir, esta el tema del manejo de la ansiedad, que , como te decía antes, se vio en los últimos partidos del torneo anterior. Por ahí en las primeras fechas del campeonato pasado cuidábamos mas la bola, volvíamos atrás, abríamos la cancha, jugaban todos. Al final se vio otra faceta, algo desprolija. Creo que lo principal tiene que ver con eso.
Después, seguramente que habrá nuevos errores que van a ir surgiendo por la exigencia de la propia categoría, así que esperamos poder estar a la altura de los nuevos desafíos.
C: Debemos entrenar más para no perder ritmo. En lo personal, busco formar una pareja defensiva que no me abandone en el medio de un partido, que meta miedo, tenga mal olor y no use Colonia Paco (Tuli, otra vez teléfono).
La última, ¿qué prometen si ascienden?
D: Es mi máximo sueño dar una vuelta con esta camiseta. Con tal de salir campeón soy capaz de teñirme el pelo de celeste y dejarme ganar en la play contra el capitán del equipo
P: Un asado para el equipo.
C: Una docena de champagnes para todos, y todas.
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