Ante las cámaras del Olé verdadero, La Sinfónica no soportó la presión mediática y cayó frente a Iveco por 3 a 2. El Pájaro Canteli, cada vez más cerca de los 100, hizo los dos del celeste.
La fama es puro cuento, dicen algunos. Otros prefieren quedarse con lo de "ser famoso no es fácil". Pareciera que la segunda frase se acomoda más a lo que La Sinfónica vivió el último sábado cuando el diario deportivo más grande del país visitó las tierras de Areia para cubrir el partido del puntero del campeonato hasta ese entonces. Sí, Olé, el verdadero, vino a cubrir a La Sinfónica. No fue el sábado que más hubiesen querido ni los hinchas ni los propios jugadores. Más allá del resultado, las ausencias de Alvarez Pizzo en el arco, y de Torres y Pérez-Bacchi en el mediocampo, imposibilitaban que La Sinfónica presente los mismos nombres que habían triunfado en las dos fechas anteriores. El pibe Nehme en el arco, un Manfredi que regresaba del exilio, más un Vacaro que hace sólo tres días regresó de su préstamo por tierras peruanas, fueron los elegidos para suplir tanto lesionado. Si hablamos de regresos, allí también estaban Santiago Agejas y Fede Canteli, con los últimos vestigios del sol brasileño sobre sus rostros, tras unos días de recreación y adolescentes revoltosos. En frente Iveco, un viejo conocido que hasta allí no conocía la victoria en el campeonato, ni sobre La Sinfónica en el historial, y con el recuerdo espinoso a cuestas de aquel inpensado 4 a 4 que el celeste le remontó tras ir 0 a 4 abajo.
Con una formación arremendada por las ausencias, Agejas aparecía como el socio de March en la dupla defensiva, mientras que el tridente Alonso - Anziano - Casal, formaba la línea de medios encargados de abastecer al siempre vigente Pájaro Canteli. No había más. Las lesiones le ganaban al deseo, desplazando también a la táctica y la estrategia. Quintana, Vacaro y Manfredi esperaban desde el banco. El hecho de que se repitan las bases de los planteles del 4 a 4 del torneo anterior, presagiaba un partido similar: cerrado, poco vistoso y donde ambos equipos les costaría vulnerar el cerrojo de la paridad. Así fue. Desde los primeros minutos, los presagios se hicieron realidad y las jugadas de gol brillaron por su ausencia. Tanto, que Iveco encontró la apertura del marcador rondando los 15', cuando un sablazo desde poco menos que la mitad de cancha le rompía el arco a nuestro Fabi Nehme que a pesar de rozarla, no pudo impedir el 0 - 1. Sin desesperarse pero con escaso ingenio para generar ideas en ofensiva, La Sinfónica fue en busca del empate que encontraría 5' después, tras un inocente y mordido remate del Pájaro Canteli, el cual a pesar de no llevar peligro para el arquero rival, picó cerca del uno, y se terminó colando por encima de sus manos para el 1 a 1 transitorio. Casi sin llegadas de ningún lado, ambos ya se habían lastimado. Más allá de que los goles trajeron algo de claridad en el juego e hicieron que el partido se dejara ver un poco más, las situaciones claras no aparecieron durante ese PT. Pocos minutos después del empate de Canteli y desde un lateral, Iveco aprovechó la modorra del fondo celeste producto del tempranero horario de 10.30, y de media vuelta, el nueve rival encontraba a contrapierna a Fabi y otra vez Iveco en ventaja. Sin casi haber creado una chance clara de gol durante 30', las esperanzas de lograr el empate antes del descanso, derribaban la idea de un rápido empate. Salvo de una pelota parada, claro. Con Quintana en cancha en reemplazo de Alonso, La Sinfónica apostaba los últimos minutos a la buena dupla que saben formar el blondo delantero con el goleador histórico. Una linda pared entre ambos que finalmente no logró sus frutos, adelantaba lo que vendría minutos después. Pisando los 35' reglamentarios, Quintana mordió una pelota en el fondo de Iveco, y en plena lucha y de manera poco ortodoxa, dejaba mano a mano al goleador de Belgrano que cuando se disponía a sentenciar el 2 a 2, terminó mordiendo el polvo del área chica tas una infracción del defensor rival. Penal. Canteli frente a la pelota y gol, seguido del pitido final. Sin generar situaciones, Iveco y La Sinfónica empataban en dos.
El segundo tiempo fue otro rodaje. La aburrida cinta cinematográfica en blanco y negro, se cambió por una de acción y en colores. Ambos equipos se animaron y las llegadas empezaron, por fin, a aparecer. Lo tuvo Quintana con un violento remate que sacó el uno en el primer palo, luego Canteli quedó mano a mano y se la dejó servida a Casal quien por centímetros no llegó a conectar. Iveco también mostraba lo suyo, con disparos que se fueron por encima del travesaño. A la cancha Manfredi en reemplazo de Agejas, para tener más llegadas por las bandas. En una de las primeras que tuvo el ex-rugbier, disparó de lejos y la pelota cruzó el área sin que nadie pueda conectar. El partido estaba claro: el primero que fallara, se quedaba con las manos vacías. Y así fue, a diez del final, el destino quiso que sea Iveco el que se quede con los tres puntos. Un remate que dio en el palo y rebotó hacia adentro, encontró en soledad al delantero rival que sólo tuvo que empujar al gol. Vaccaro regresaba a La Sinfónica soñando con el empate heroico y más tarde Alonso reemplazaba a un agotado Anziano. Los cambios no modificaron mucho, más allá del protagonismo exclusivo de La Sinfónica durante esos minutos finales. Tanto, que el celeste se olvidó de defender y en una contra Iveco lo pudo liquidar: con un Fabi abatido, el nueve rival erró el remate y la mandó por arriba. La Sinfónica tuvo las suyas con disparos de March, Quintana y Canteli pero que se fueron desviados. De hecho el Pájaro logró convertir el tercero, pero una falla del árbitro por adelantarse a la jugada y no permitir la ley de la ventaja, hizo sonar su silbato en el mismo instante que Canteli definía para el 3 a 3 y para sancionar una falta a favor de La Sinfónica. Fue lo último del juego y sólo quedaba tiempo para los flashes de Olé, en el post-partido.
Son los famosos... partidos que después se lamentan. Si los resultados luego no acompañan, seguramente volveremos a recordar el partido del último sábado frente a Iveco. No se jugó mal, pero tampoco se logró lo que se venía haciendo en los primeros dos encuentros. No hubo fútbol de mitad de cancha hacia adelante, ni sobró temperamento de mitad de cancha hacia atrás. Aún así, Iveco no logró superar al celeste y era claro que la suerte decidiría los designios del partido. Así fue: la de ellos pegó en el palo y rebotó hacia adentro, las nuestras pasaron por afuera. No es tiempo de lamentarse, pues en siete días el rival será el nuevo puntero del torneo. En la tarde en la que Olé vino a ver a La Sinfónica, los flashes de las cámaras encandilaron el buen andar del equipo, y el celeste debutó con el pie izquierdo en el salón de la fama.
Fuerza Chango, te seguimos esperando.

Con una formación arremendada por las ausencias, Agejas aparecía como el socio de March en la dupla defensiva, mientras que el tridente Alonso - Anziano - Casal, formaba la línea de medios encargados de abastecer al siempre vigente Pájaro Canteli. No había más. Las lesiones le ganaban al deseo, desplazando también a la táctica y la estrategia. Quintana, Vacaro y Manfredi esperaban desde el banco. El hecho de que se repitan las bases de los planteles del 4 a 4 del torneo anterior, presagiaba un partido similar: cerrado, poco vistoso y donde ambos equipos les costaría vulnerar el cerrojo de la paridad. Así fue. Desde los primeros minutos, los presagios se hicieron realidad y las jugadas de gol brillaron por su ausencia. Tanto, que Iveco encontró la apertura del marcador rondando los 15', cuando un sablazo desde poco menos que la mitad de cancha le rompía el arco a nuestro Fabi Nehme que a pesar de rozarla, no pudo impedir el 0 - 1. Sin desesperarse pero con escaso ingenio para generar ideas en ofensiva, La Sinfónica fue en busca del empate que encontraría 5' después, tras un inocente y mordido remate del Pájaro Canteli, el cual a pesar de no llevar peligro para el arquero rival, picó cerca del uno, y se terminó colando por encima de sus manos para el 1 a 1 transitorio. Casi sin llegadas de ningún lado, ambos ya se habían lastimado. Más allá de que los goles trajeron algo de claridad en el juego e hicieron que el partido se dejara ver un poco más, las situaciones claras no aparecieron durante ese PT. Pocos minutos después del empate de Canteli y desde un lateral, Iveco aprovechó la modorra del fondo celeste producto del tempranero horario de 10.30, y de media vuelta, el nueve rival encontraba a contrapierna a Fabi y otra vez Iveco en ventaja. Sin casi haber creado una chance clara de gol durante 30', las esperanzas de lograr el empate antes del descanso, derribaban la idea de un rápido empate. Salvo de una pelota parada, claro. Con Quintana en cancha en reemplazo de Alonso, La Sinfónica apostaba los últimos minutos a la buena dupla que saben formar el blondo delantero con el goleador histórico. Una linda pared entre ambos que finalmente no logró sus frutos, adelantaba lo que vendría minutos después. Pisando los 35' reglamentarios, Quintana mordió una pelota en el fondo de Iveco, y en plena lucha y de manera poco ortodoxa, dejaba mano a mano al goleador de Belgrano que cuando se disponía a sentenciar el 2 a 2, terminó mordiendo el polvo del área chica tas una infracción del defensor rival. Penal. Canteli frente a la pelota y gol, seguido del pitido final. Sin generar situaciones, Iveco y La Sinfónica empataban en dos.
El segundo tiempo fue otro rodaje. La aburrida cinta cinematográfica en blanco y negro, se cambió por una de acción y en colores. Ambos equipos se animaron y las llegadas empezaron, por fin, a aparecer. Lo tuvo Quintana con un violento remate que sacó el uno en el primer palo, luego Canteli quedó mano a mano y se la dejó servida a Casal quien por centímetros no llegó a conectar. Iveco también mostraba lo suyo, con disparos que se fueron por encima del travesaño. A la cancha Manfredi en reemplazo de Agejas, para tener más llegadas por las bandas. En una de las primeras que tuvo el ex-rugbier, disparó de lejos y la pelota cruzó el área sin que nadie pueda conectar. El partido estaba claro: el primero que fallara, se quedaba con las manos vacías. Y así fue, a diez del final, el destino quiso que sea Iveco el que se quede con los tres puntos. Un remate que dio en el palo y rebotó hacia adentro, encontró en soledad al delantero rival que sólo tuvo que empujar al gol. Vaccaro regresaba a La Sinfónica soñando con el empate heroico y más tarde Alonso reemplazaba a un agotado Anziano. Los cambios no modificaron mucho, más allá del protagonismo exclusivo de La Sinfónica durante esos minutos finales. Tanto, que el celeste se olvidó de defender y en una contra Iveco lo pudo liquidar: con un Fabi abatido, el nueve rival erró el remate y la mandó por arriba. La Sinfónica tuvo las suyas con disparos de March, Quintana y Canteli pero que se fueron desviados. De hecho el Pájaro logró convertir el tercero, pero una falla del árbitro por adelantarse a la jugada y no permitir la ley de la ventaja, hizo sonar su silbato en el mismo instante que Canteli definía para el 3 a 3 y para sancionar una falta a favor de La Sinfónica. Fue lo último del juego y sólo quedaba tiempo para los flashes de Olé, en el post-partido.
Son los famosos... partidos que después se lamentan. Si los resultados luego no acompañan, seguramente volveremos a recordar el partido del último sábado frente a Iveco. No se jugó mal, pero tampoco se logró lo que se venía haciendo en los primeros dos encuentros. No hubo fútbol de mitad de cancha hacia adelante, ni sobró temperamento de mitad de cancha hacia atrás. Aún así, Iveco no logró superar al celeste y era claro que la suerte decidiría los designios del partido. Así fue: la de ellos pegó en el palo y rebotó hacia adentro, las nuestras pasaron por afuera. No es tiempo de lamentarse, pues en siete días el rival será el nuevo puntero del torneo. En la tarde en la que Olé vino a ver a La Sinfónica, los flashes de las cámaras encandilaron el buen andar del equipo, y el celeste debutó con el pie izquierdo en el salón de la fama.
Fuerza Chango, te seguimos esperando.
3 comentarios:
Que duro un 4,5!!
En el departamento de prensa me tiran para abajo!!
nacho volve!
nacho volve!
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